Apologética es la defensa de la fe cristiana. El texto más comúnmente citada para justificar esta disciplina es 1 Pedro 3:15, “Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.” La palabra “responder” es la traducción de la palabra griego apologética, que quiere decir defensa.
Para hacer defensa de nuestra esperanza tenemos que conocer las Escrituras que tienen la propuesta de esperanza para nosotros. Tenemos que conocer la enseñanza (doctrina) bíblica para poder defender y explicar nuestra fe a otros. Entonces cuando llegamos a la pregunta, ¿Cómo sabes si estas cosas son ciertas? La respuestas es que la Biblia los enseña estas doctrinas como de ser ciertas.
Nuestra fuente primaria para establecer la enseñanza cristiana como cierta es la Biblia misma. El argumento de la verdad del cristianismo esta presentada en las Escrituras.
La Biblia se asevera presentar la verdad. No lo presenta como una teoría filosofica, sino como una verdad practica.
El argumento de las Escrituras supera la sabiduría y conocimiento humano (1 Corintios 2:6-16). Esto es lo que deber haber estado en la mente de Charles H. Spuergon cuando dijo, “Defender las Escrituras, prefiero defender un león”. Las Escrituras presenten su propia defensa.
Hay muchos ejemplos en las Escrituras de la defensa del cristianismo:
La resurrección de Jesús (1 Corintios 15:1-11; Mateo 28:1-20; Lucas 24:1-49;
La creación: Job 38:1-41; Génesis 1-2:
Dios es justo: Habacuc 1-2; Amos; Job; Oseas
Jesús es divino: Los evangelios
Dios conoce y controla el futuro: Isaías 46:10 (ver Isaías 45:1-7); Isaías 53; Miqueas 5:1-6 (Ver Mateo 2:1-12)
Las Escrituras no sólo son información espiritual, sino son la presentación de nuestra fe y la defensa con evidencia y lógica del conocimiento de Dios y nuestra salvación, es decir, nuestra fe. Si no estudiamos las Escrituras estamos formando un dios desconocido de nuestra imaginaciones, que realmente es un ídolo y no el Dios de la Biblia.
Si optamos por un cristianismo “espiritual”, o “emergente”, o “de revelación”, o “de cantar” o "de profecía¨ entre otras opciones de un cristianismo sin Escritura, y no profundizamos en las Escrituras estamos quedando como enanos en nuestra capacidad de conocer a Dios, evangelizar y defender nuestra fe con otros.
martes, 29 de septiembre de 2009
martes, 22 de septiembre de 2009
Guía de lectura: Job
Job
Según Jamieson, Fausset and Brown la palabra Job esta derivado de la palabra arabe que significa “arrepentimiento”.
Job es la historia del sufrimiento de un hombre “justo”. Uno de los grandes problemas que tenemos es de explicar es porque los justos sufren.
El otro día me tocaba visitar una familia en el hospital con una persona que le acaba decir que tenía como 6 mesas para vivir. Ella me preguntó, ¿por qué nos pasan estas cosas? Antes me emocionaba mucho a ver una muchacha embarazada y ver el milagro de la vida, pero ahora me doy cuenta que la vida tiene mucho dolor. ¿Cómo puedes explicar el sufrimiento y la muerte que pasa en esta vida?
Job no responde directamente a estas preguntas, pero nos da algo de luz.
Introducción:
Job 1-3 nos dan el contexto para los diálogos entre Job y sus amigos. Es importante observar que Job es considerado justo por Dios, y por el diablo.
Segundo, Satanás acusa a Job de sólo servir a Dios por los beneficios que Dios le da.
Y el Señor dijo a Satanás: ¿De dónde vienes? Entonces Satanás respondió al Señor, y dijo: De recorrer la tierra y de andar por ella. Y el Señor dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay ninguno como él sobre la tierra, hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Respondió Satanás al Señor: ¿Acaso teme Job a Dios en balde? ¿No has hecho tú una valla alrededor el él, de su casa y de todo lo que tiene, por todo lados? Has bendecido el trabajo el trabajo de sus manosy sus posesiones han aumentado en la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, verás si no te maldice en tu misma cara. Entonces el Señor dijo a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu poder: pero no extiendas tu mano sobre él. Y Satanás salió de la presencia del Señor (Job 1:7-12).
Esta acusación lleva implícita que Job no sierva a Dios por quien es Dios, sino para su auto gratificación y beneficio. Si esta acusación es verdad lo hace a Job un hipócrita que sólo esta sirve en si mismo y no en Dios. Sin embargo, muchos predican las doctrinas de que servimos a Dios por sus beneficios: prosperidad, salud, felicidad, y éxito en lugar de una adoración desinteresado en los resultados. ¿A cuál Dios sirves tú? ¿De cuál Dios eres embajador tú?
Diálogos entre Job y sus amigos (Job 4-31)
Primero, los amigos de Job le pregunten si no tiene algún pecado que es la causa de su malestar. Ellos creen que Dios es justo y responde al pecado del hombre causando su sufrimiento. Ellos en ningún caso logran probar que Job halla pecado (vea el discurso de Eliú).
Parece ser que los amigos se basen sus conclusión en lo que podemos llamar una “religión natural” de los hombres sin una revelación de Dios. Este “religión” se base en la idea de que Dios es un juez imparcial que premia y castiga al hombre por su conducta. Todo el suerte del hombre esta en la relación de su pecado-justicia frente al juez imparcial.
¿Hasta cuando hablarás estas cosas, y serán viento impetuoso las palabras de tu boca? ¿Acaso tuerce Dios la justicia o tuerce el Todopoderoso lo que es justo? Si tus hijos pecaron contra Él entonces Él los entregó al poder de su transgresión. Si tú buscaras a Dios e imploraras la misericordia del Todopoderoso, si fueras puro y recto ciertamente Él se despertaría ahora en tu favor y restauraría tu justa condición. Aunque tu principio haya sido insignificante, con todo, tu final aumentará sobremanera” (Job 8:1-7).
Los discursos de los amigos de Job son muy “religiosos” pero no reflejen la realidad de Job. Tienen la aparencía de piedad, pero no ofrecen ningún ayuda a Job. Estos discursos tienen el mismo mensaje de muchos hoy en día. Si estas bien con Dios, vas a prosperar; y si pecas, vas a ser castigado con un sufrimiento. Pero esto no es el caso de Job, ni a muchas otras personas.
La religión bíblica es una alternativa distinto en que presenta la posibilidad de una relación con Dios que no es merecida, sino un don de gracia de parte de Dios para que Él puede ser nuestro redentor, hermano y amigo.
Al igual que los amigos de Job, podemos estar equivocados si interpretamos la suerte del hombre en la vida sólo como un castigo-premio de Dios. Si sólo interpretamos en base de pecado-santidad estamos bien equivocados.
Segundo, Job busca defenderse de haber pecado. Tenía razón en defender su inocencia, pero al hacerlo indica que Dios es culpable de una injusticia. Si para defenderse tiene que inculpar a Dios, ya esta en graves problemas.
Job, a pesar de sus problemas, hace excelentes declaraciones de su fe en Dios. Por ejemplo en Job 19:23-29 Job expresa su confianza en la resurrección.
“¡Oh, si mis palabras se escribieran, si se grabaran en un libro. ¡Si con cincel de hierro y con plomo fueran esculpidas en piedra para siempre. Yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo. Y después de deshecha mi piel, aun en mi carne veré a Dios: al cual yo mismo contemplaré y a quien mis ojos verán y no los de otro. ¡Desfallece mi corazón dentro de mi. Si decís: ¿Cómo le perseguiremos?¨ y ¿Qué pretexto hallaremos contra él?” temed la espada por vosotros mismos, porque el furor trae el castigo de la espada para que sepáis que hay juicio” (Job 19:23-29).
También, Job busca vindicarse a todo costo.
Por ejemplo:
Hace una elogia a la sabiduría (Job 28) que se puede resumir en el último versículo:
He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia. Job 28:28
El sollioquio de Job (Job 29-31)
Job llega al punto de desesperación. No entiende por Dios no sigue apoyándole. Piensa que ha hecho todo lo que le corresponde hacer.
Hace una protesta de su “santidad” o “inocencia” en capítulo 31 muy impresionante.
Hice un pacto con mis ojos, … si he caminado con la mentira, … Si mis pies han apartado del camino, o mi corazón ha dejado por mis ojos, … Si por alguna mujer me he dejado seducir, … Si me negué a hacerles justicia a mis siervos y a mis siervas, … Se he dejado que alguien muera por falta de vestido, … si he levantado contra el huérfano mi mano, … (Job 31:1-40).
Job realmente es un hombre justo, pero tan justo que no entiende el trato de Dios con él. ¿Es justo todavía el Señor?
Discursos de Eliú (Job 32-37):
Leyendo Job uno debe estar conciente de que no todo el libro de Job representa la postura correcta. Es decir, que el mismo libro de Job dice que los amigos de Job están equivocados. Es importante leer Job 32:1-5 para apreciar la evaluación de Job y sus 3 amigos por Eliú. Entonces una pregunta obligada es, ¿En qué están equivocados en su apreciación los amigos de Job y aun Job mismo?
Diálogos de Job y sus amigos:
Parece que Job y sus amigos están de acuerdo en que los inocentes prosperan, pero esta doctrina no responde a la situación de Job. No responde porque Job es inocente y esta sufriendo. Job no es el único inocente en la Biblia que sufre estando inocente. El ciego de Juan 9 según Jesús no esta ciego ni por sus propios pecados, ni por los pecados de sus padres, sino para la gloria de Dios. Esta misma situación pasa muchas veces en la vida actual también. Las personas “buenas” sufren también.
Un joven Eliú da unos discursos en que evalua las propuestas de los protagonistas.
La evaluación de los discurso de los amigos por Eliú (Job :
Los amigos de Job están equivocados en que el sufrimiento no es por las causas que ellos dijeron. Son puras especulaciones que no sirven para nada. Dios sólo establece la justicia: ojo por ojo. Esto no es la religión bíblica de la gracia de Dios. Hay sufrimiento y bendición en la vida humana que no tiene nada que ver sólo como consecuencia de pecado. No podemos simplificar Dios a uno que sólo responde a las acciones humanas.
Si no conocemos a Dios, le reducimos a un Dios sólo de la retribución (justicia). En este religión sólo existe la ley. (¿Cómo la ley moral interior?)
La evaluación de los discursos de Job por Eliú:
Job tiene razón en que no ha pecado, pero se justifica a si mismo desilusionado por la falta de acción de Dios. Job esta haciendo una grito de desesperación. Lo que le pasa en su vida le deja perplejo. No entiende porque Dios no hace nada para su causa. Cuando enfrontemos situaciones difíciles, somos similares a Job.
Eliú dice que Job llegaba a pensar que era más justo que Dios.
Piensas que es cosa recta lo que has dicho: Más justo soy yo que Dios? Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacaré de ello? ¿O qué provecho tendré de no haber pecado? (Job 35:2-3).
Así andamos todos, pensamos que estamos bien, y cuando algo anda mal, es por culpa de otro. Esta actitud provoca que culpamos a Dios de hacer lo malo. De pensar que si Dios es la causa de nuestros problemas …, somos sus victimas. Pensamos que merecemos mejores cosas de Dios y estamos enojados con Él.
El Señor responde a Job desde un torbellino (Job 38-42:6)
El Señor le muestra su grandeza y sabiduría de haber hecho la creación. La pregunta de Dios a Job es,
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? … ¿quién ordeno sus medidas, si lo sabes? ¿Quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular? … ¿Quién encerro con puertas el mar? (Job 38-39).
Job se da cuenta de que su perspectiva es demasiado limitado para responder a Dios. No puede responder a las preguntas de Dios: “¿Es sabiduría contender con el Omnipotente?” (Job 40:1).
Dios es tan superior al hombre que nosotros los humanos no le podemos reclamar nada.
¿Quién, pues, podrá estar delante de mí? ¿Quién me da dado a mi primero, para que yo restituya (Romanos 11:35)? Todo lo que hay debajo del cielo es mio. (Job 41:10-11).
Job después de escucha a Dios llega a la conclusión:
De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza (Job 42:5-6).
Job tiene que arrepentirse de su propia justicia, ya que esta justicia condena a Dios mismo.
La restauración de Job (Job 42:7-17)
No siempre recibiremos la vindicación de nuestra vida en este mundo. La Biblia nos enseña que muchos murieron sin recibir lo prometido, a pesar de haber servido a Dios en toda la vida (Hebreos 10-12). Quizás Job recibió la restauración para nuestra instrucción. Pero la Biblia constantemente nos enseña que la verdadera vindicación y justicia de Dios tienen que esperar la segunda venida de Cristo.
Conclusión:
El sufrimiento humano no es sólo el resultado del pecado. Nuestra religión moralista no responde a todas las preguntas del sufrimiento humano. Los justos y injustos sufren por diferentes razones. Nuestro moralismo también hace que Dios sea culpable cuando los buenos, es decir, nosotros sufrimos. Esto nos lleva a estar enojados con Dios. Tenemos que arrepentirnos también de nuestra justicia porque esto inculpa a Dios. Los fariseos (Marcos 2:1-3:5) y Pablo (Filipenses 3) también tenían que hacer este mismo arrepentimiento.
También podemos sufrir para la gloria de Dios (Juan 9), por el pecado de otros (), como un robo con violencia, o para perdonar a otros como lo hizo Cristo mismo. No somos capaces de ver todos los propósitos de Dios ni todo el orden que Él tiene en este mundo.
Según Jamieson, Fausset and Brown la palabra Job esta derivado de la palabra arabe que significa “arrepentimiento”.
Job es la historia del sufrimiento de un hombre “justo”. Uno de los grandes problemas que tenemos es de explicar es porque los justos sufren.
El otro día me tocaba visitar una familia en el hospital con una persona que le acaba decir que tenía como 6 mesas para vivir. Ella me preguntó, ¿por qué nos pasan estas cosas? Antes me emocionaba mucho a ver una muchacha embarazada y ver el milagro de la vida, pero ahora me doy cuenta que la vida tiene mucho dolor. ¿Cómo puedes explicar el sufrimiento y la muerte que pasa en esta vida?
Job no responde directamente a estas preguntas, pero nos da algo de luz.
Introducción:
Job 1-3 nos dan el contexto para los diálogos entre Job y sus amigos. Es importante observar que Job es considerado justo por Dios, y por el diablo.
Segundo, Satanás acusa a Job de sólo servir a Dios por los beneficios que Dios le da.
Y el Señor dijo a Satanás: ¿De dónde vienes? Entonces Satanás respondió al Señor, y dijo: De recorrer la tierra y de andar por ella. Y el Señor dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay ninguno como él sobre la tierra, hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Respondió Satanás al Señor: ¿Acaso teme Job a Dios en balde? ¿No has hecho tú una valla alrededor el él, de su casa y de todo lo que tiene, por todo lados? Has bendecido el trabajo el trabajo de sus manosy sus posesiones han aumentado en la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, verás si no te maldice en tu misma cara. Entonces el Señor dijo a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu poder: pero no extiendas tu mano sobre él. Y Satanás salió de la presencia del Señor (Job 1:7-12).
Esta acusación lleva implícita que Job no sierva a Dios por quien es Dios, sino para su auto gratificación y beneficio. Si esta acusación es verdad lo hace a Job un hipócrita que sólo esta sirve en si mismo y no en Dios. Sin embargo, muchos predican las doctrinas de que servimos a Dios por sus beneficios: prosperidad, salud, felicidad, y éxito en lugar de una adoración desinteresado en los resultados. ¿A cuál Dios sirves tú? ¿De cuál Dios eres embajador tú?
Diálogos entre Job y sus amigos (Job 4-31)
Primero, los amigos de Job le pregunten si no tiene algún pecado que es la causa de su malestar. Ellos creen que Dios es justo y responde al pecado del hombre causando su sufrimiento. Ellos en ningún caso logran probar que Job halla pecado (vea el discurso de Eliú).
Parece ser que los amigos se basen sus conclusión en lo que podemos llamar una “religión natural” de los hombres sin una revelación de Dios. Este “religión” se base en la idea de que Dios es un juez imparcial que premia y castiga al hombre por su conducta. Todo el suerte del hombre esta en la relación de su pecado-justicia frente al juez imparcial.
¿Hasta cuando hablarás estas cosas, y serán viento impetuoso las palabras de tu boca? ¿Acaso tuerce Dios la justicia o tuerce el Todopoderoso lo que es justo? Si tus hijos pecaron contra Él entonces Él los entregó al poder de su transgresión. Si tú buscaras a Dios e imploraras la misericordia del Todopoderoso, si fueras puro y recto ciertamente Él se despertaría ahora en tu favor y restauraría tu justa condición. Aunque tu principio haya sido insignificante, con todo, tu final aumentará sobremanera” (Job 8:1-7).
Los discursos de los amigos de Job son muy “religiosos” pero no reflejen la realidad de Job. Tienen la aparencía de piedad, pero no ofrecen ningún ayuda a Job. Estos discursos tienen el mismo mensaje de muchos hoy en día. Si estas bien con Dios, vas a prosperar; y si pecas, vas a ser castigado con un sufrimiento. Pero esto no es el caso de Job, ni a muchas otras personas.
La religión bíblica es una alternativa distinto en que presenta la posibilidad de una relación con Dios que no es merecida, sino un don de gracia de parte de Dios para que Él puede ser nuestro redentor, hermano y amigo.
Al igual que los amigos de Job, podemos estar equivocados si interpretamos la suerte del hombre en la vida sólo como un castigo-premio de Dios. Si sólo interpretamos en base de pecado-santidad estamos bien equivocados.
Segundo, Job busca defenderse de haber pecado. Tenía razón en defender su inocencia, pero al hacerlo indica que Dios es culpable de una injusticia. Si para defenderse tiene que inculpar a Dios, ya esta en graves problemas.
Job, a pesar de sus problemas, hace excelentes declaraciones de su fe en Dios. Por ejemplo en Job 19:23-29 Job expresa su confianza en la resurrección.
“¡Oh, si mis palabras se escribieran, si se grabaran en un libro. ¡Si con cincel de hierro y con plomo fueran esculpidas en piedra para siempre. Yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo. Y después de deshecha mi piel, aun en mi carne veré a Dios: al cual yo mismo contemplaré y a quien mis ojos verán y no los de otro. ¡Desfallece mi corazón dentro de mi. Si decís: ¿Cómo le perseguiremos?¨ y ¿Qué pretexto hallaremos contra él?” temed la espada por vosotros mismos, porque el furor trae el castigo de la espada para que sepáis que hay juicio” (Job 19:23-29).
También, Job busca vindicarse a todo costo.
Por ejemplo:
Hace una elogia a la sabiduría (Job 28) que se puede resumir en el último versículo:
He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia. Job 28:28
El sollioquio de Job (Job 29-31)
Job llega al punto de desesperación. No entiende por Dios no sigue apoyándole. Piensa que ha hecho todo lo que le corresponde hacer.
Hace una protesta de su “santidad” o “inocencia” en capítulo 31 muy impresionante.
Hice un pacto con mis ojos, … si he caminado con la mentira, … Si mis pies han apartado del camino, o mi corazón ha dejado por mis ojos, … Si por alguna mujer me he dejado seducir, … Si me negué a hacerles justicia a mis siervos y a mis siervas, … Se he dejado que alguien muera por falta de vestido, … si he levantado contra el huérfano mi mano, … (Job 31:1-40).
Job realmente es un hombre justo, pero tan justo que no entiende el trato de Dios con él. ¿Es justo todavía el Señor?
Discursos de Eliú (Job 32-37):
Leyendo Job uno debe estar conciente de que no todo el libro de Job representa la postura correcta. Es decir, que el mismo libro de Job dice que los amigos de Job están equivocados. Es importante leer Job 32:1-5 para apreciar la evaluación de Job y sus 3 amigos por Eliú. Entonces una pregunta obligada es, ¿En qué están equivocados en su apreciación los amigos de Job y aun Job mismo?
Diálogos de Job y sus amigos:
Parece que Job y sus amigos están de acuerdo en que los inocentes prosperan, pero esta doctrina no responde a la situación de Job. No responde porque Job es inocente y esta sufriendo. Job no es el único inocente en la Biblia que sufre estando inocente. El ciego de Juan 9 según Jesús no esta ciego ni por sus propios pecados, ni por los pecados de sus padres, sino para la gloria de Dios. Esta misma situación pasa muchas veces en la vida actual también. Las personas “buenas” sufren también.
Un joven Eliú da unos discursos en que evalua las propuestas de los protagonistas.
La evaluación de los discurso de los amigos por Eliú (Job :
Los amigos de Job están equivocados en que el sufrimiento no es por las causas que ellos dijeron. Son puras especulaciones que no sirven para nada. Dios sólo establece la justicia: ojo por ojo. Esto no es la religión bíblica de la gracia de Dios. Hay sufrimiento y bendición en la vida humana que no tiene nada que ver sólo como consecuencia de pecado. No podemos simplificar Dios a uno que sólo responde a las acciones humanas.
Si no conocemos a Dios, le reducimos a un Dios sólo de la retribución (justicia). En este religión sólo existe la ley. (¿Cómo la ley moral interior?)
La evaluación de los discursos de Job por Eliú:
Job tiene razón en que no ha pecado, pero se justifica a si mismo desilusionado por la falta de acción de Dios. Job esta haciendo una grito de desesperación. Lo que le pasa en su vida le deja perplejo. No entiende porque Dios no hace nada para su causa. Cuando enfrontemos situaciones difíciles, somos similares a Job.
Eliú dice que Job llegaba a pensar que era más justo que Dios.
Piensas que es cosa recta lo que has dicho: Más justo soy yo que Dios? Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacaré de ello? ¿O qué provecho tendré de no haber pecado? (Job 35:2-3).
Así andamos todos, pensamos que estamos bien, y cuando algo anda mal, es por culpa de otro. Esta actitud provoca que culpamos a Dios de hacer lo malo. De pensar que si Dios es la causa de nuestros problemas …, somos sus victimas. Pensamos que merecemos mejores cosas de Dios y estamos enojados con Él.
El Señor responde a Job desde un torbellino (Job 38-42:6)
El Señor le muestra su grandeza y sabiduría de haber hecho la creación. La pregunta de Dios a Job es,
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? … ¿quién ordeno sus medidas, si lo sabes? ¿Quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular? … ¿Quién encerro con puertas el mar? (Job 38-39).
Job se da cuenta de que su perspectiva es demasiado limitado para responder a Dios. No puede responder a las preguntas de Dios: “¿Es sabiduría contender con el Omnipotente?” (Job 40:1).
Dios es tan superior al hombre que nosotros los humanos no le podemos reclamar nada.
¿Quién, pues, podrá estar delante de mí? ¿Quién me da dado a mi primero, para que yo restituya (Romanos 11:35)? Todo lo que hay debajo del cielo es mio. (Job 41:10-11).
Job después de escucha a Dios llega a la conclusión:
De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza (Job 42:5-6).
Job tiene que arrepentirse de su propia justicia, ya que esta justicia condena a Dios mismo.
La restauración de Job (Job 42:7-17)
No siempre recibiremos la vindicación de nuestra vida en este mundo. La Biblia nos enseña que muchos murieron sin recibir lo prometido, a pesar de haber servido a Dios en toda la vida (Hebreos 10-12). Quizás Job recibió la restauración para nuestra instrucción. Pero la Biblia constantemente nos enseña que la verdadera vindicación y justicia de Dios tienen que esperar la segunda venida de Cristo.
Conclusión:
El sufrimiento humano no es sólo el resultado del pecado. Nuestra religión moralista no responde a todas las preguntas del sufrimiento humano. Los justos y injustos sufren por diferentes razones. Nuestro moralismo también hace que Dios sea culpable cuando los buenos, es decir, nosotros sufrimos. Esto nos lleva a estar enojados con Dios. Tenemos que arrepentirnos también de nuestra justicia porque esto inculpa a Dios. Los fariseos (Marcos 2:1-3:5) y Pablo (Filipenses 3) también tenían que hacer este mismo arrepentimiento.
También podemos sufrir para la gloria de Dios (Juan 9), por el pecado de otros (), como un robo con violencia, o para perdonar a otros como lo hizo Cristo mismo. No somos capaces de ver todos los propósitos de Dios ni todo el orden que Él tiene en este mundo.
sábado, 19 de septiembre de 2009
Dios nunca muere
Ada Monserrath pusó esta poema en su facebook. Pense que otros les gustaría verlo.
"Dios Nunca Muere", vals mexicano compuesto por Macedonio Alcalá, allá por el año 1868. La letra es de Cipriano José Cruz. Para mí, simplemente es muy bella.
Muere el sol en los montes
Con la luz que agoniza,
Pues la vida en su prisa,
Nos conduce a morir.
Pero no importa saber
Que voy a tener el mismo final,
Porque me queda el consuelo
Que Dios nunca morirá.
Voy a dejar las cosas que amé
La tierra ideal que me vio nacer,
Se que después habré de gozar
La dicha y la paz,
Que en Dios hallaré.
Sé que la vida empieza
En donde se piensa
Que la realidad termina
Sé que Dios nunca muere
Y que se conmueve
Del que busca su beatitud.
Sé que una nueva luz
Habrá de alcanzar nuestra soledad
Y que todo aquel que llega a morir
Empieza a vivir una eternidad.
Muere el sol en los montes
Con la luz que agoniza
Pues la vida en su prisa,
Nos conduce a morir.
"Dios Nunca Muere", vals mexicano compuesto por Macedonio Alcalá, allá por el año 1868. La letra es de Cipriano José Cruz. Para mí, simplemente es muy bella.
Muere el sol en los montes
Con la luz que agoniza,
Pues la vida en su prisa,
Nos conduce a morir.
Pero no importa saber
Que voy a tener el mismo final,
Porque me queda el consuelo
Que Dios nunca morirá.
Voy a dejar las cosas que amé
La tierra ideal que me vio nacer,
Se que después habré de gozar
La dicha y la paz,
Que en Dios hallaré.
Sé que la vida empieza
En donde se piensa
Que la realidad termina
Sé que Dios nunca muere
Y que se conmueve
Del que busca su beatitud.
Sé que una nueva luz
Habrá de alcanzar nuestra soledad
Y que todo aquel que llega a morir
Empieza a vivir una eternidad.
Muere el sol en los montes
Con la luz que agoniza
Pues la vida en su prisa,
Nos conduce a morir.
viernes, 18 de septiembre de 2009
sábado, 12 de septiembre de 2009
Guía de Lectura: Habacuc
Habacuc:
Habacuc fue escrito poco antes de la conquista de Judea. Esta conquista fue realizada por los babilonicos o caldeos a través de una serie de guerras e insurrecciones entre los años 606 y 586 AC. El resultado de esta conquista fue la destrucción total de Judea y Jerusalén y el destierro del pueblo judío.
Primera queja de Habacuc (Hab. 1:1-4):
Habacuc vivía en una sociedad injusta. Al ver la situación ética y religiosa de Judea y Jerusalén, lanza una queja a Dios por la injusticia que le rodeaba. Esta situación es muy contemporánea a la época de Habacuc. Se queja de: “la violencia”; “los pleitos”; “las contiendas”; “el juicio que no sale según la verdad”; y “por el juicio torcido.”
Primera Respuesta de Dios (Hab. 1:5-11):
La respuesta de Dios es que va a mandar los Caldeos para establecer su justicia entre su pueblo. Los Caldeos eran una nación mucho más violenta, corrupta e idólatra que Judea. Dios le dice a Habacuc “que los malvados van a establecer su justicia en su pueblo”. Este pueblo violento va a destruir por completo a los de Judea.
Segunda queja de Habacuc (Hab. 1:12-17):
La respuesta de Dios lleva a Habacuc a cuestionar a Dios mismo por su justicia. ¿Cómo puede Dios usar hombres injustos para establecer su justicia?
Algunas veces nosotros, como Habacuc, nos quejamos de la injusticia divina, pensamos que: somos inocentes o no tan malos, como para que Dios nos castigue. No nos damos cuenta de nuestros propios pecados, y solo vemos los de los demás. Este supuesto es muy peligroso, porque somos ciegos a nuestras propias faltas (Mateo 7:1-6).
Segunda respuesta de Dios (Hab. 2:1-5):
Dios le responde a Habacuc diciendo: ni modo, mi plan esta puesto en acción, puedes estar seguro de que serán destruidos, nada más es cuestión de tiempo y, mi pueblo será juzgado.
Dios explica a Habacuc la razón por la que su pueblo anda mal: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece, mas el justo por su fe vivirá ...” (Hab 2:4a). Es decir, cuando no confiamos en Dios somos chuecos. Podemos ver cuando no somos rectos porque es cuando más mostramos nuestro orgullo. En otras palabras diríamos: “si se puede”, “podemos” y no necesitamos tanto a Dios
.
Tenemos una “autoestima alta”, “soy bueno, ellos son malos”, o “nuestra iglesia es la mejor”. Todas estas afirmaciones y muchas más, indican que nos creemos: auto-suficientes, autónomos y capaces de tomar las mejores decisiones. Todas estas afirmaciones, niegan nuestra dependencia de Dios, porque todas afirman nuestra capacidad.
En contraste, lo que Dios quiere es que confiemos siempre en Él para todo. “... más el justo por su fe vivirá” (Hab. 2:4b). En otras palabras, lo que Dios quiere no es que podamos hacer las cosas, sino que confiemos en Él. Si creemos en nosotros mismos, nos‘auto-idolamos’ y a Dios, lo estamos rechazando. Pensamos que tenemos derechos porque somos ‘buenos’, cuando solo Dios es bueno (Marcos 10:18). Nuestro orgullo muestra que no confiamos en Dios para nada. Somos culpables.
Los cinco ayes contra los orgullosos (Hab. 2:6-20):
El libro muestra con los cinco ayes las consecuencias: del orgullo; la auto-confianza, (en lugar de la confianza en Dios); y la auto-estima (es decir: cuando somos orgullosos, capaces de hacer muchas barbaridades contra otros humanos). Las consecuencias son:
1. La tendencia de multiplicar nuestro dinero, bienes, casas y diversiones porque “los merecemos”. Los demás, por supuesto, no los merecen (Hab. 2:6).
2. El querer todo, para escapar del mal (Hab. 2:9).
3. Edificamos nuestras ciudades, casas, escuelas e iglesia con lo que no es nuestro (Hab. 2:12).
4. Hacemos que nuestros prójimos se vean torpes y nos reímos de ellos, para nuestra propia diversión (Hab. 2:15), y
5. Damos importancia a lo material más que lo espiritual, porque somos idólatras (Hab. 2:19).
Pero Dios va a dar a conocer su justicia por toda la tierra. Va a destruir a todo orgulloso en toda la tierra. Dios no tolera que seamos orgullosos. No tolera la idolatría o la egolatría. Sólo Él es auto-suficiente. Sólo Él es digno de nuestra confianza. Dios es correcto en su apreciación del ser humano (Hab. 2:13-14 y 20).
La oración de Habacuc (Hab. 3:1-19):
Habacuc expresa su asombro y temor de escuchar la sentencia de Dios sobre su pueblo. También pide misericordia ante la ira de Dios (Hab. 3:2). Pero también ve que el juicio de Dios será conocido en toda la tierra como las aguas cubren el mar (Hab. 2:14) y que la tierra se llenará de la alabanza a Dios (Hab. 3:3). Dios es vindicado en su juicio contra los hombres.
¿Cuál debe ser la actitud de los hombres ante Dios y Su ira? La respuesta final de Habacuc es un modelo para nosotros. Habacuc dice, “Aunque la higuera no florezca, ni en la vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová es mi fortaleza. Él hace mis pies como ciervas y en mis alturas me hace andar (Hab. 3:17-19).
Oración de Habacuc
Cantado por Joel Sierra Cavazos
Habacuc en el Nuevo Testamento:
El Nuevo Testamento cita tres veces a Habacuc 2:4. Para explicar estas citas es necesario que uno comprendamos todo el contexto de Habacuc, es decir, que esta citando todo el libro y no solo la frase: “el justo por la fe vivirá”.
Las citas de Habacuc en el NT muestran que toma en serio el hecho de que Dios esta enojado con el hombre, como lo expresa Habacuc. Romanos 1:18-32 presenta esta ira de Dios, como la situación que tiene que ser redimido si el hombre va a estar en paz con Él (Romanos 5:1).
Romanos, al igual que Habacuc, enseña que (1) la justicia es por fe (Romanos 3:19-4:25), (2) el pecado es universal (Romanos 1:18-3:23), y (3) nuestra única esperanza es la misericordia de Dios (Romanos 12:1-2) porque todos somos culpables.
Los pasajes que citan a Habacuc en el Nuevo Testamento son: Romanos 1:17; Gálatas 3:11; y Hebreos 10:38. Estos versículos muestran que la salvación es por fe, que la salvación no es por la auto-justificación y que a pesar de las circunstancias de la vida tenemos que confiar en Dios.
Reflexión:
¿Qué es lo que pedimos cuando buscamos "justicia”? ¿Realmente estamos buscando la justicia de Dios o sólo las cosas que nos convienen? Si Dios fuera a establecer su justicia, ¿qué crees que haría?
¿Somos solamente victimas inocentes de la injusticia, o somos actores culpables buscando nuestras conveniencias?
Habacuc fue escrito poco antes de la conquista de Judea. Esta conquista fue realizada por los babilonicos o caldeos a través de una serie de guerras e insurrecciones entre los años 606 y 586 AC. El resultado de esta conquista fue la destrucción total de Judea y Jerusalén y el destierro del pueblo judío.
Primera queja de Habacuc (Hab. 1:1-4):
Habacuc vivía en una sociedad injusta. Al ver la situación ética y religiosa de Judea y Jerusalén, lanza una queja a Dios por la injusticia que le rodeaba. Esta situación es muy contemporánea a la época de Habacuc. Se queja de: “la violencia”; “los pleitos”; “las contiendas”; “el juicio que no sale según la verdad”; y “por el juicio torcido.”
Primera Respuesta de Dios (Hab. 1:5-11):
La respuesta de Dios es que va a mandar los Caldeos para establecer su justicia entre su pueblo. Los Caldeos eran una nación mucho más violenta, corrupta e idólatra que Judea. Dios le dice a Habacuc “que los malvados van a establecer su justicia en su pueblo”. Este pueblo violento va a destruir por completo a los de Judea.
Segunda queja de Habacuc (Hab. 1:12-17):
La respuesta de Dios lleva a Habacuc a cuestionar a Dios mismo por su justicia. ¿Cómo puede Dios usar hombres injustos para establecer su justicia?
Algunas veces nosotros, como Habacuc, nos quejamos de la injusticia divina, pensamos que: somos inocentes o no tan malos, como para que Dios nos castigue. No nos damos cuenta de nuestros propios pecados, y solo vemos los de los demás. Este supuesto es muy peligroso, porque somos ciegos a nuestras propias faltas (Mateo 7:1-6).
Segunda respuesta de Dios (Hab. 2:1-5):
Dios le responde a Habacuc diciendo: ni modo, mi plan esta puesto en acción, puedes estar seguro de que serán destruidos, nada más es cuestión de tiempo y, mi pueblo será juzgado.
Dios explica a Habacuc la razón por la que su pueblo anda mal: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece, mas el justo por su fe vivirá ...” (Hab 2:4a). Es decir, cuando no confiamos en Dios somos chuecos. Podemos ver cuando no somos rectos porque es cuando más mostramos nuestro orgullo. En otras palabras diríamos: “si se puede”, “podemos” y no necesitamos tanto a Dios
.
Tenemos una “autoestima alta”, “soy bueno, ellos son malos”, o “nuestra iglesia es la mejor”. Todas estas afirmaciones y muchas más, indican que nos creemos: auto-suficientes, autónomos y capaces de tomar las mejores decisiones. Todas estas afirmaciones, niegan nuestra dependencia de Dios, porque todas afirman nuestra capacidad.
En contraste, lo que Dios quiere es que confiemos siempre en Él para todo. “... más el justo por su fe vivirá” (Hab. 2:4b). En otras palabras, lo que Dios quiere no es que podamos hacer las cosas, sino que confiemos en Él. Si creemos en nosotros mismos, nos‘auto-idolamos’ y a Dios, lo estamos rechazando. Pensamos que tenemos derechos porque somos ‘buenos’, cuando solo Dios es bueno (Marcos 10:18). Nuestro orgullo muestra que no confiamos en Dios para nada. Somos culpables.
Los cinco ayes contra los orgullosos (Hab. 2:6-20):
El libro muestra con los cinco ayes las consecuencias: del orgullo; la auto-confianza, (en lugar de la confianza en Dios); y la auto-estima (es decir: cuando somos orgullosos, capaces de hacer muchas barbaridades contra otros humanos). Las consecuencias son:
1. La tendencia de multiplicar nuestro dinero, bienes, casas y diversiones porque “los merecemos”. Los demás, por supuesto, no los merecen (Hab. 2:6).
2. El querer todo, para escapar del mal (Hab. 2:9).
3. Edificamos nuestras ciudades, casas, escuelas e iglesia con lo que no es nuestro (Hab. 2:12).
4. Hacemos que nuestros prójimos se vean torpes y nos reímos de ellos, para nuestra propia diversión (Hab. 2:15), y
5. Damos importancia a lo material más que lo espiritual, porque somos idólatras (Hab. 2:19).
Pero Dios va a dar a conocer su justicia por toda la tierra. Va a destruir a todo orgulloso en toda la tierra. Dios no tolera que seamos orgullosos. No tolera la idolatría o la egolatría. Sólo Él es auto-suficiente. Sólo Él es digno de nuestra confianza. Dios es correcto en su apreciación del ser humano (Hab. 2:13-14 y 20).
La oración de Habacuc (Hab. 3:1-19):
Habacuc expresa su asombro y temor de escuchar la sentencia de Dios sobre su pueblo. También pide misericordia ante la ira de Dios (Hab. 3:2). Pero también ve que el juicio de Dios será conocido en toda la tierra como las aguas cubren el mar (Hab. 2:14) y que la tierra se llenará de la alabanza a Dios (Hab. 3:3). Dios es vindicado en su juicio contra los hombres.
¿Cuál debe ser la actitud de los hombres ante Dios y Su ira? La respuesta final de Habacuc es un modelo para nosotros. Habacuc dice, “Aunque la higuera no florezca, ni en la vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová es mi fortaleza. Él hace mis pies como ciervas y en mis alturas me hace andar (Hab. 3:17-19).
Oración de Habacuc
Cantado por Joel Sierra Cavazos
Habacuc en el Nuevo Testamento:
El Nuevo Testamento cita tres veces a Habacuc 2:4. Para explicar estas citas es necesario que uno comprendamos todo el contexto de Habacuc, es decir, que esta citando todo el libro y no solo la frase: “el justo por la fe vivirá”.
Las citas de Habacuc en el NT muestran que toma en serio el hecho de que Dios esta enojado con el hombre, como lo expresa Habacuc. Romanos 1:18-32 presenta esta ira de Dios, como la situación que tiene que ser redimido si el hombre va a estar en paz con Él (Romanos 5:1).
Romanos, al igual que Habacuc, enseña que (1) la justicia es por fe (Romanos 3:19-4:25), (2) el pecado es universal (Romanos 1:18-3:23), y (3) nuestra única esperanza es la misericordia de Dios (Romanos 12:1-2) porque todos somos culpables.
Los pasajes que citan a Habacuc en el Nuevo Testamento son: Romanos 1:17; Gálatas 3:11; y Hebreos 10:38. Estos versículos muestran que la salvación es por fe, que la salvación no es por la auto-justificación y que a pesar de las circunstancias de la vida tenemos que confiar en Dios.
Reflexión:
¿Qué es lo que pedimos cuando buscamos "justicia”? ¿Realmente estamos buscando la justicia de Dios o sólo las cosas que nos convienen? Si Dios fuera a establecer su justicia, ¿qué crees que haría?
¿Somos solamente victimas inocentes de la injusticia, o somos actores culpables buscando nuestras conveniencias?
jueves, 10 de septiembre de 2009
Guía de lectura: 2 Pedro
Pedro escribe esta carta justo antes de morir. Podemos decir que son sus últimas palabras. Pedro muere según la tradición en Roma antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C.
Cuatro cosas que Dios quiere:
Quiere que su pueblo vive correctamente (2 Pedro 1:1-11).
Ser cristiano es mucho más que sólo tomar una decisión, es vivir según el conocimiento de Dios. Este conocimiento nos da esperanza de la vida eterna y de ser `participes de la naturaleza divina’. Sólo cuando hacemos las cosas que Dios quiere podemos estar seguros que estamos siguiendo su camino. No hay lugar para los indecisos.
Quiere que su pueblo vive de acuerdo a la palabra escrita (2 Pedro 1:12-21).
Jesús no vino a este mundo para abrir la puerta del cielo, sino para darse a conocer. Este conocimiento lo impartió a sus 12 apóstoles para que ellos a su vez nos enseñaran también. Pedro dice que él quiere que recordamos estas cosas. No podemos recordar nada de la vida de Jesús que no sea escrita. Las otras ‘profecías’ no establecen lo que sucedió en su vida. Inmediatamente Pedro pasa a hablar de las Escrituras y la confianza que tiene en ellas para comunicarnos con certeza acerca de Dios.
Quiere el juicio de los que desvían a otras personas (2 Pedro 2:1-3:7).
Pedro esta sumamente molesto por la situación de los ‘falsos maestros’ que andan desviando su pueblo de sus verdades. Pedro quiere dejar en claro que Dios va a castigar a estas personas. Muchas veces cuando no tenemos presente el juicio de Dios, tendemos a no cuidar nuestro andar. Pero la descripción que Pedro da de estas personas es escalofriante. Los describe como, ‘animales irracionales, nacidos como criaturas del instinto para ser capturados y destruidos, blasfemando lo que ignoran, serán destruidos con la destrucción de estas criaturas’ (2 Pedro 2:12).
Una de las tentaciones que nos presenta es preguntar, “¿Dónde esta la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo continúa tal como estaba desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:4). ¿Por qué no cumple sus promesas Dios?
Quiere que todo su pueblo sea salvo (2 Pedro 3:8-13).
¿Cuál es el motivo por qué Dios tarda en cumplir su promesa acerca del juicio de los malvados? Pedro contesta que Dios no le falta ganas para destruir a los malvados. Su destrucción esta segura (2 Pedro 3:7), pero el motivo de Dios es que todo su pueblo sea salvo (2 Pedro 3:8-13) y explica el día del Señor no para juicio, sino para salvación. Su paciencia es para que todos nosotros (en contraste con ellos) podemos arrepentirnos y ser parte de su pueblo. Y luego nos explica que Dios va a hacer un nuevo cielo y una nueva tierra y donde vamos a ver justicia.
Advertencias finales
Pedro cierre con unas advertencias que indican la necesidad de que el cristiano conozca bien las escrituras o esta en peligluro de ‘su propia perdición’ (2 Pedro 3:16). La causa de este caso es que cuando somos ‘ignorantes y inestables’ podemos torcer las Escrituras. Tenemos así la obligación de estudiar a fondo y conocer nuestra fe. No hay lugar para un cristianismo ligero, o un cristianismo de poca estudio. No basta sólo cantar y bailar para agradar a Dios y conocerle.
Cuatro cosas que Dios quiere:
Quiere que su pueblo vive correctamente (2 Pedro 1:1-11).
Ser cristiano es mucho más que sólo tomar una decisión, es vivir según el conocimiento de Dios. Este conocimiento nos da esperanza de la vida eterna y de ser `participes de la naturaleza divina’. Sólo cuando hacemos las cosas que Dios quiere podemos estar seguros que estamos siguiendo su camino. No hay lugar para los indecisos.
Quiere que su pueblo vive de acuerdo a la palabra escrita (2 Pedro 1:12-21).
Jesús no vino a este mundo para abrir la puerta del cielo, sino para darse a conocer. Este conocimiento lo impartió a sus 12 apóstoles para que ellos a su vez nos enseñaran también. Pedro dice que él quiere que recordamos estas cosas. No podemos recordar nada de la vida de Jesús que no sea escrita. Las otras ‘profecías’ no establecen lo que sucedió en su vida. Inmediatamente Pedro pasa a hablar de las Escrituras y la confianza que tiene en ellas para comunicarnos con certeza acerca de Dios.
Quiere el juicio de los que desvían a otras personas (2 Pedro 2:1-3:7).
Pedro esta sumamente molesto por la situación de los ‘falsos maestros’ que andan desviando su pueblo de sus verdades. Pedro quiere dejar en claro que Dios va a castigar a estas personas. Muchas veces cuando no tenemos presente el juicio de Dios, tendemos a no cuidar nuestro andar. Pero la descripción que Pedro da de estas personas es escalofriante. Los describe como, ‘animales irracionales, nacidos como criaturas del instinto para ser capturados y destruidos, blasfemando lo que ignoran, serán destruidos con la destrucción de estas criaturas’ (2 Pedro 2:12).
Una de las tentaciones que nos presenta es preguntar, “¿Dónde esta la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo continúa tal como estaba desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:4). ¿Por qué no cumple sus promesas Dios?
Quiere que todo su pueblo sea salvo (2 Pedro 3:8-13).
¿Cuál es el motivo por qué Dios tarda en cumplir su promesa acerca del juicio de los malvados? Pedro contesta que Dios no le falta ganas para destruir a los malvados. Su destrucción esta segura (2 Pedro 3:7), pero el motivo de Dios es que todo su pueblo sea salvo (2 Pedro 3:8-13) y explica el día del Señor no para juicio, sino para salvación. Su paciencia es para que todos nosotros (en contraste con ellos) podemos arrepentirnos y ser parte de su pueblo. Y luego nos explica que Dios va a hacer un nuevo cielo y una nueva tierra y donde vamos a ver justicia.
Advertencias finales
Pedro cierre con unas advertencias que indican la necesidad de que el cristiano conozca bien las escrituras o esta en peligluro de ‘su propia perdición’ (2 Pedro 3:16). La causa de este caso es que cuando somos ‘ignorantes y inestables’ podemos torcer las Escrituras. Tenemos así la obligación de estudiar a fondo y conocer nuestra fe. No hay lugar para un cristianismo ligero, o un cristianismo de poca estudio. No basta sólo cantar y bailar para agradar a Dios y conocerle.
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