Estaba visitando unos amigos en el centro rural del país. Me comentaron que en su iglesia estaban haciendo pactos con Dios. Este hecho me llamó mucho la atención. Por esta razón hice una investigación del tema.
Un pacto es una alianza establecida por un rito. La palabra hebrea es berít y la griega diatheke. El significado de estas palabras es “testamento” (NDBC, pacto, p. 1002-1006). La palabra berít, quiere decir, “cortar pacto”. Cuando hicieron un pacto mataron a un animal.
La Biblia registra todos los pactos que Dios ha hecho con la humanidad. En cada uno de ellos había un derramamiento de sangre. Estos pactos son muy importantes porque nos muestra que Dios es fiel en cumplir su palabra al hombre. También indican lo que Dios requiere del hombre.
Cuando el hombre salió del jardín del Edén perdió su contacto con Dios. Ya no había una comunicación directa con Dios. No se hablaba directamente con Dios, ni Dios hablaba con los hombres. La posibilidad de conocer directamente a Dios estaba perdida. Los pactos, es decir, las Escrituras toman el lugar de la voz de Dios que había en el jardín del Edén.
Dios establece su relación con el hombre por medio de pactos. Incluso la palabra “testamento” incluye el sentido de un pacto. Estos pactos rigen la relación que tenemos con Dios. El pacto básico para la gente del Antiguo Testamento fue el pacto mosaico o la ley. Jesús alteró este pacto cuando estableció un nuevo pacto en la última cena (Lucas 22:20) con sus discípulos antes de morir en la cruz. Nuestra relación con Dios ahora es por este nuevo pacto que es superior al antiguo.
Después del llamado de Abraham en Genesis 12:1-3, Dios hace un pacto con Abraham cuando este dormido en Génesis 15. Pacto quiere decir, una promesa formal con consecuencias (http://es.wikipedia.org/wiki/Pacto). En este caso la consecuencia es que el que rompe el pacto tiene que ser partido como los animales. Cómo Dios es la única parte consciente cuando se hace este pacto, él es el único que puede participar en las consecuencias.
No se puede modificar un pacto ratificado
No se puede cambiar un pacto después que haya sido ratificado, “... un pacto, aunque sea humano, una vez ratificado nadie lo invalida ni le añade condiciones” (Gálatas 3:15). Esto significa que no podemos alterar los documentos bíblicos y que estamos limitados a lo que esta escrito.
Pablo lo clarifica indicando que no debemos ir más allá de lo que está escrito (1 Corintio 4:6). Esta limitación nos hace una religión de las Escrituras y no de la invención humana.
Los motivos para cambiar un pacto
En nuestra cultura si uno tiene buenas condiciones para tener crédito para comprar un coche, no busca cambiarlas PARA establecer un nuevo convenio (pacto). Pero si encuentra mejores condiciones como menores intereses, facilidades de pago, menos castigos cuando los pagos se atrasan, de inmediato busca un nuevo convenio (pacto).
El hecho de buscar un nuevo convenio o pacto, quiere decir, que el anterior era insatisfactorio.
Cuando hablamos de nuestra relación con Dios, esta misma situación se repite. Si nuestra relación es sana y estamos recibiendo los beneficios que esperamos, estamos contentos. Pero si esperamos más de esta relación, hay que cambiar al Dios de la Biblia por otro dios. Porque Dios no va a cambiar como un humano que se cambia con cada viento.
Los Israelitas querían ser como los demás pueblos. Querían sus dioses y sus reyes.
Las condiciones del viejo pacto tenían que mejorarse. Jeremías dice que la debilidad del viejo pacto era que el pueblo lo invalido (Jeremías 31:32). El nuevo pacto no se puede invalidar.
Un “nuevo pacto” invalida el viejo
Si cambia el pacto, el antiguo pacto o relación con Dios queda invalido. El autor de Hebreos hablaba así del Antiguo Testamento, “Al decir: Nuevo Pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer” (Hebreos 8:13). Pero esta también es la situación si se añade un pacto con Dios después del Nuevo Pacto que Jesús hizo con Su sangre.
Incluso si le decimos que no estamos contentos con el nuevo pacto que Él hizo con la muerte de su Hijo y queremos hacerle modificaciones, lo estamos rechazando.
Las bendiciones espirituales
No tenemos la posibilidad de hacer un pacto con Dios. No podemos convocar a Dios para hacer un pacto con nosotros.
El nuevo pacto es la única manera de relacionarnos con Dios. El propósito del pacto es repartir la herencia (bendiciones) de Jesucristo. Efesios 1:3 dice que ya tenemos todas estas bendiciones espirituales.
Romanos 11:33-36 enseña que no podemos dar a Dios para recibir una recompensa. Es decir que Dios no nos da recompensas por darle ofrendas especiales para tener más bendiciones. Dios es fiel y nos sostiene cuando le obedecemos. Pero no hace trueques.
Un nuevo pacto requiere un nuevo sacrificio
Los pactos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento requerían un sacrificio. En el antiguo pacto estos sacrificios eran los animales y en el nuevo pacto el sacrificio ese el de Jesús. Pero Jesús puso fin a los sacrificios. Su sacrificio era “una vez y para siempre”. Esto es un pacto eterno. No podemos tener otros pactos sin invalidar el sacrifico de Jesús. No podemos crucificar a Jesús de nuevo (Hebreos 6:4-6).
Sólo Escritura
Hace poco di un taller sobre las Escrituras. Una tema que tocamos era el “solo Escritura”. Hay varios conceptos relacionados que me gustaria tocar:
No podemos ir más allá de lo que esta escrito (1 Corintios 4:6).
No podemos añadir más al nuevo pacto (Apocalipsis 22:18-19). La conclusión clara aquí es que solamente añadimos maldición o quitamos bendición cuando modificamos las Escrituras.
En Deuteronomio, todo lo que dijera un profeta tenía que estar en acuerdo con lo que ya estaba escrito. No hay lugar para contradicciones. La Revelación (Escritura) es congruente en todo. No hay lugar para contradicciones.
Conclusión:
Dios si es un Dios de pactos. Él hizo pactos con Noé, Abraham y Moisés. Él hizo el nuevo pacto a través de Jesús. En el evangelio lo anunciamos para que la gente participe en este nuevo pacto. Esto es el evangelio. No hay otro camino a la salvación. No hay otro camino al Padre ahora. Sólo es a través de Jesús.
El Nuevo Testamento no habla de establecer otros acuerdos o convenios o pactos más que el Nuevo Pacto que Jesús establece en su última cena con sus discípulos. Si uno esta buscando otro pacto tendrá que ser a través de otro sacrificio u otro Cristo. Cualquier otro “pacto” con Dios es falso y representa un rechazo del evangelio de Jesucristo. Los otros pactos que se quieran con “Dios” muestran la insatisfacción con las bendiciones que Jesús nos ha dado (Efesios 1:3). Cualquier otro “sacrificio” - ofrenda, niega la obra de Jesús para salvarnos.
Bibliografía:
F. C. Fensham (FCF), “Pacto”, Nuevo diccionario bíblico Certeza 2nda edition, Certeza.