jueves, 15 de mayo de 2008

Jesús es centro de las Escrituras.

Jesús es centro de las Escrituras.

Jesús y Pablo dice que la Biblia habla de Jesús. Esto tiene muchas implicaciones de cómo leemos la Biblia. Primero examinaremos lo que dice Jesús y Pablo. Luego vamos a hablar acerca de las implicaciones de estas declaraciones.

Jesús dice,

¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria? Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras (Lucas 24:26-27 NVI).

Jesús en el mismo capítulo dice, “las Escrituras hablan de mi”.

Y en el Evangelio de Juan:

Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida. (Juan 5:39-40 NVI)

Si le creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creen lo que él escribió, ¿cómo van a creer mis palabras? (Juan 5:46-47 NVI)

Pablo en sus sermones de Hechos indica que las Escrituras (el Antiguo Testamento) hablen de Jesús. De hecho muchos de sus argumentos están basados en el Antiguo Testamento. Vea sus sermones.

Pablo se puso en pie, hizo una señal con la mano y dijo: “Escúchenme, israelitas, y ustedes, los gentiles temerosos de Dios: El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros antepasados y engrandeció al pueblo mientras vivían como extranjeros en Egipto. Con gran poder los sacó de aquella tierra y soportó su mal proceder en el desierto unos cuarenta años. Luego de destruir siete naciones en Canaán, dio a su pueblo la tierra de ellas en herencia. Todo esto duró unos cuatrocientos cincuenta años. Después de esto, Dios les asignó jueces hasta los días del profeta Samuel. Entonces pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, que gobernó por cuarenta años. Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: ‘He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero.' De los descendientes de éste, conforme a la promesa, Dios ha provisto a Israel un salvador, que es Jesús. Antes de la venida de Jesús, Juan predicó un bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. Cuando estaba completando su carrera, Juan decía: ‘¿Quién suponen ustedes que soy? No soy aquél. Miren, después de mí viene uno a quien no soy digno ni siquiera de desatarle las sandalias.' "Hermanos y hermanas, descendientes de Abraham, y ustedes, los gentiles temerosos de Dios: a nosotros se nos ha enviado este mensaje de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes no reconocieron a Jesús. Por tanto, al condenarlo, cumplieron las palabras de los profetas que se leen todos los sábados. Aunque no encontraron ninguna causa digna de muerte, le pidieron a Pilato que lo hiciera ejecutar. Después de llevar a cabo todas las cosas que estaban escritas acerca de él, lo bajaron del madero y lo sepultaron. Pero Dios lo levantó de entre los muertos. Durante muchos días lo vieron los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. "Nosotros les anunciamos a ustedes las buenas nuevas respecto a la promesa hecha a nuestros antepasados. Dios nos la ha cumplido plenamente a nosotros, los descendientes de ellos, al resucitar a Jesús. Como está escrito en el segundo salmo: “'Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado.' Dios lo resucitó para que no volviera jamás a la corrupción. Así se cumplieron estas palabras: “'Yo les daré las bendiciones santas y seguras prometidas a David.' Por eso dice en otro pasaje: “'No permitirás que el fin de tu santo sea la corrupción.' Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió, fue sepultado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la corrupción. Pero aquel a quien Dios resucitó no sufrió la corrupción de su cuerpo. "Por tanto, hermanos, sepan que por medio de Jesús se les anuncia a ustedes el perdón de los pecados. Ustedes no pudieron ser justificados de esos pecados por la ley de Moisés, pero todo el que cree es justificado por medio de Jesús. Tengan cuidado, no sea que les suceda lo que han dicho los profetas: "'Miren, burlones, asómbrense y desaparezcan, porque yo estoy realizando en sus días una obra que ustedes nunca creerán, aunque alguien se la explique.'" (Hechos 13:16-41 NVI)

El sermón, o mejor dicho, los argumentos de Pablo a los de Tesalónica están resumidos en unos pocos versículos,

Atravesando Anfípolis y Apolonia, Pablo y Silas llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Como era su costumbre, Pablo entró en la sinagoga y tres sábados seguidos discutió con ellos. Basándose en las Escrituras, les explicaba y demostraba que era necesario que el Mesías padeciera y resucitara. Les decía: “Este Jesús que les anuncio es el Mesías." (Hechos 17:1-3 NVI)

No solo en sermones, sino también en todos sus argumentos Pablo regresaba a las Escrituras para establecer quién era Cristo.

Señalaron un día para reunirse con Pablo, y acudieron en mayor número a la casa donde estaba alojado. Desde la mañana hasta la tarde estuvo explicándoles y testificándoles acerca del reino de Dios y tratando de convencerlos respecto a Jesús, partiendo de la ley de Moisés y de los profetas. (Hechos 28:23 NVI)

Pablo indica que todas las promesas en el Antiguo Testamento están cumplidas en Jesús.

Todas las promesas que ha hecho Dios son “sí” en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos “amén” para la gloria de Dios. (2Co 1:20 NVI)

También, 1 Timoteo 2:5 nos explica que no hay otro medio para llegar a Dios:

Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,… (1Ti 2:5 NVI)

Jesús mismo dijo,

--Yo soy el camino, la verdad y la vida --le contestó Jesús--. Nadie llega al Padre sino por mí. Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto. (Juan 14:6-7 NVI)

Nuestra primera tarea es de conocer a Jesús. La aplicación correcta debe darnos a entender quien es Jesús. Si buscamos hacer la aplicación directa a nosotros, pensamos que somos “dioses” por que perdemos el filtro que separa Dios de nosotros.

Si no tenemos este argumento en el fondo de todos nuestros sermones es muy probable que estemos predicando un evangelio diferente. Por alguna razón estamos enfocándonos en otras cosas. Quizás estamos siguiendo a Kant quien indicó que no podemos conocer a Dios, la religión sólo sirve para la ética. Así reducimos la predicación a cuestiones éticas, o como dice él, cosas prácticas.

Pedro dice que Jesús debe ser el contenido de nuestra predicación

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1Pe 2:9 NVI)

Esto contrapone el método común de leer las Escrituras que va principalmente hacía una aplicación, nuestra quehacer en la vida, algo práctico. La prioridad en la práctica borra a Jesús de mensaje bíblico. La prioridad en la práctica quita el conocimiento de Dios y de Jesús de las Escrituras.

No necesitamos otras aplicaciones hasta que hayamos conocido a Jesús. Si no llegamos a conocer a Jesús, cualquier otra aplicación es una fantasía, por aplicar de la Biblia lo que no está escrito para una aplicación personal en nuestras vidas. En otras palabras, de robar de Jesús su identidad y apropiarlo para nosotros.

Al leer la Biblia de esta manera, elimina el conocimiento de Dios de nuestra lectura y pone en su lugar una fantasía que Dios no nos quiso dar. Pensamos que tenemos “poderes” que no tenemos. Pensamos que tenemos dones que no tenemos.

Los que leen la Biblia de esta manera, llegan a creer que son dioses, es decir, que tienen súper poderes. Hace poco en Tijuana estaba escuchando a uno que pensaba así y el dijo: “saca el dios que está en ti”… “doy mi vida por México”, también pensaba que podría leer la mente de las personas como Cristo lo hizo.

También llegamos a pensar que nuestras “proclamaciones” son importantes. Que nuestra decisión es la máxima. Olvidamos por completo a Jesús que quedamos pensando sólo en nosotros mismos.

Así llegamos a desplazar por completo a Jesús y nuestra preocupación es sólo con nosotros mismos. ¿Y nos llamamos cristianos? Nos deja con las estrellas del cielo y la ley moral en cada uno de nosotros. No tenemos la manera de salvarnos en este escenario.

lunes, 5 de mayo de 2008

Cristianismo humanista o el cristianismo sin Cristo

Cristianismo humanista o el cristianismo sin Cristo

Estamos viendo el desarrollo en una nueva religión. El centro de la nueva religión no es Cristo, aun que usa mucho el lenguaje cristiano. La diferencia es que el actor principal ya no es Cristo, sino es uno mismo. Esta religión también existe tanto dentro como fuera de la iglesia. Lo encontramos en películas y programas de televisión. Está presente en las escuelas y universidades. Lo central de esta religión humanista es que la decisión que toma el ser humano es central y segundo, el bienestar de la persona es el resultado. Algunos lo llaman cristianismo terapéutico en el mundo cristiano. Esto es cuando la iglesia busca que las personas estén felices en lugar de enseñarles el evangelio. Otra muestra de este se encuentra en el cambio de la letra de los himnos que antes eran centrados en Cristo, pero ahora están centrados en la voluntad y acción del ser humano. Hoy pedimos que Dios nos haga caso por nuestra disposición. Esto representa un cambio religioso profundo.

Este nuevo enfoque cambia el enfoque bíblico en muchos aspectos. La muerte de Cristo es importante sólo para iniciar el proceso de la vida cristiana.

La religión sin Cristo está fundamentada en mi voluntad. Esto esta combinado con un concepto equivocado de libre albedrio (vea la película “Bruce Todopoderoso”). Todo lo que es importante en la vida humana es el resultado de sus libres decisiones. A fin de cuentas esto significa que la salvación no depende sólo de la cruz de Cristo. Como dice un poster “no importa si Cristo ha nacido mil veces en Belén, si no (has tomado la decisión para que) nasca en tu corazón”. Esta dependencia en la voluntad es una dependencia de uno mismo y no representa una dependencia de Dios. Es una expresión de nuestra autonomía e independencia de Dios.

La nueva religión consisten en:

Decisión

Lo más importante es que tomamos decisiones correctas. El culto es para que tomemos la decisión adecuada. La decisión nos acerca a Dios. El culto es para inducirnos a tomar una decisión correcta. Todo lo que hacemos depende de nuestras decisiones.

Alabanza

La manera en que nos acercamos a Dios es por la alabanza, el ayuno y otros ejercicios espirituales. “Yo te busco” de Marcos Witt es un ejemplo de este acercamiento a Dios. La alabanza es para hacernos disponibles para Dios. No nos acercamos a Dios por Jesús, sino por lo que hacemos en la alabanza. La exposición de las Escrituras ya no es el centro del culto. No tenemos nada que explicar. La verdad está dentro de nosotros mismos. Tenemos que perfeccionarnos.

Disposición

Cuando estamos dispuestos, Dios nos usa. Si estoy disponible Dios me va a ayudar. Este cambio significa que la decisión de someternos al “Dios” es la clave. La predicación tiene la meta de inducirnos a una decisión. Ya no se predica para conocer y entender el mensaje de Dios. Pero esta misma decisión también está en las películas “X-men” entre otras.

Obediencia

El cristiano que obedece es el cristiano ideal. Los que fallan están excluidos. Sin embargo el Nuevo Testamento nos enseña que no recibimos la justificación por obedecer la ley. Obediencia no nos da una relación con Dios. El cumplir la ley no basta.

Sin pecado

El problema del pecado ha sido arreglado en la cruz de Jesús. No tenemos que confesar nuestros pecados. De hecho estos son principalmente problemas de conducta. Y si estamos dispuestos Dios sólo juzga las intenciones del corazón. Sólo nos arrepentimos de “fallas” que son normales en la vida cristiana. Nuestra rebeldía ya no es un problema porque hemos tomado una “decisión” de seguir a Cristo. He escuchado a personas decir que “no he pecado por 10, 20 o 30 años. Se ven a si mismos como buenos y los “no cristianos” como inferiores, porque no han tomado la decisión adecuada.

Uno regresa a si mismo

La verdad que necesitamos esta dentro de nosotros mismo. ¿Estoy dispuesto? ¿Deseo a Dios? No requiere del conocimiento bíblico. De hecho desde la ilustración se ha rechazado la revelación como fuente de nuestras vidas. Es normal que esto también haya llegado a la iglesia. Todos hemos sido educados en el sistema de la ilustración, donde yo soy (el hombre) es el único actor en este planeta. Desde este presupuesto sale el posmodernismo, la idea de Nietzsche de que todo es una manipulación del poder.

El resultado va a ser que uno escribe la teología del posmodernismo sin Cristo.

Nuevas autoridades

Claro que en esta nueva religión las Escrituras no tienen autoridad. Y en su ausencia se han levantado nuevas autoridades. El vacío de autoridad tiene que llenarse. Estas nuevas autoridades ahora son los “apóstoles”. Ya no regresamos a la Biblia para conocer la verdad regresamos a otros seres humanos.

Una segunda autoridad que está apareciendo es la televisión y las películas.

Como no tenemos otra autoridad la vocación también surge desde nosotros mismos. Mi vocación es mi pasión, mis gustos, y mis habilidades. Ya no tomo mi identidad de la Biblia sino sale de mi mismo: mi trabajo, mi educación, mi familia.

Nuevo mensaje

El nuevo mensaje es más simple. Ya no requiere la revelación de Dios. Todo esta dentro del hombre mismo. El humanismo ha tomado de la religión cristiana su vocabulario. Ya no confiamos en un Dios exterior a nosotros mismos, sin que nosotros mismos hemos llegado a ser el dios de este mundo. Como dijo un pastor que escuche recientemente, “suelta el dios que está dentro de ti” o “encuentra el líder que hay en ti”.

Sin sacrificio por el pecado

No regresamos a la cruz para nuestro perdón, regresamos a la confesión y la contrición. Pero no regresamos a Cristo. Cuando pedimos perdón ya no hay retribución. El simple hecho de decir, “perdóname” basta. No sólo en las relaciones humanas, sino también en nuestra relación con Dios. Todo somos impunes. Nadie es culpable.

Una nueva meta

El bien estar humano. Salud, prosperidad, felicidad, gozo, poder, capacidad y dones son lo que estamos buscando en la nueva religión. Se ve en la televisión con Superman, X-men, Spider Man, Hulk, y un sin fin de programas que transmiten el mismo mensaje. Queremos ser “especiales” y a la vez queremos hacer nuestra propia voluntad.

Conclusiones

Ojala que nos demos cuenta que estamos cambiando el centro del mensaje cristiano a otro, que busquemos mas el conocimiento de Jesucristo y no sólo emocionarnos, que predicamos el verdadero evangelio de Jesús en lugar de la posibilidad de sólo vivir mejor en este planeta.

Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes,* se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria (Col 3:1-4 NVI).