La frase "más que vencedores" de Romanos 8:37 ha llamado la atención de muchas personas en todas las ramas de la vida. Nos llama la atención por qué se vincula directamente a la búsqueda de un triunfo personal en la vida es lo que todos buscamos. ¿Cómo puedo asegurar que voy a vencer en mi trabajo, el deporte, con mi pareja, en la política? La búsqueda de ser vencedor nos motiva y nos pone en competencia con otros. Nuestras imaginaciones nos cautivan a un triunfo inmediato, momentáneo y temporal. Pero ¿es esto lo que nos quiso comunicar Pablo?
Una vez escuche un predicador lanzar la pregunta efusiva, ¿Cuántos quieren ser vencedores? en su sermón. El problema era que no entendía o no estaba tomando en cuenta el texto bíblico y ofrecía la esperanza de ser "vencedor" del tipo que coincide con los deseos de la audiencia. Cambió el actor de Cristo a nosotros hombres. Es importante tomar en cuenta que Romanos 8 no nos está haciendo la posibilidad de ser vencedores en nuestros proyectos personales, sino en que la muerte y resurrección nos hizo vencedores simplemente o totalmente por ser cristianos. Los cristianos por definición somos vencedores de la prueba final en que tenemos esperanza después de la muerte.
La última batalla ya ha sido ganada. Jesús venció la muerte. Todo lo que pasa en nuestras vidas no puede separarnos de Dios. Esto significa que estamos libres para servir a Dios. No somos esclavizados a la sobrevivencia. No somos esclavos a la opinión de otros, y su desprecio al evangelio no puede afectarnos porque Jesús venció la muerte.
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