Guía de lectura: Gálatas
En su primer viaje misionero (47 a 49 d.C.) Pablo visitó la parte interior de Asía Menor a la provincia de Galacia. Galacia estaba poblado por inmigrantes de Francia que en este tiempo se llamaban Galos. En su visita se convirtieron a la fe cristiana muchos gentiles (no judíos). Su conversión creó una gran polémica en la iglesia sobre lo que significa ser cristiano. Esta pregunta todavía es importante para los cristianos hoy. La carta a los Gálatas es la respuesta de Pablo a este problema. La respuesta de Pablo nos ayuda a entender la naturaleza de la fe cristiana hasta la fecha y era clave en la vida de Martín Lutero en su re-descubrimiento del evangelio en el siglo XVI.
Una de las decisiones más importantes que se tomó en el Nuevo Testamento era la inclusión de los gentiles en la iglesia. Primero la iglesia tenía que recibir los judíos de origen extranjero (griego) y luego los gentiles. Esto es todo un proceso de transformación de una religión nacional a una religión global.
Esta decisión se tomó como un proceso que empieza con Hechos 2, el día de pentecostés cuando todos se entendían en su propio idioma.
La segunda etapa era en Hechos 6, cuando la iglesia apuntaba diáconos para servir a las viudas judías de origen griego que se habían convertido al cristianismo.
El siguiente paso era que los cristianos estaban dispersos fuera de Jerusalén y Judéa; a Samaria y a todas partes después del martirio de Esteban en Hechos 7.
Luego se extendió a Samaria en Hechos 8 que era un lugar “tabú” para los judíos. El evangelio estaba brincando barreras y cruzando muros.
En Hechos 10, tenemos el relato de como el evangelio fue predicado por primera vez a un gentil, Cornelio, un soldado romano.
Luego en Hechos11 el evangelio fue recibido por gentiles en Antioquía. Fue tanta la recepción, que Bernabé fue enviado para revisar qué estaba sucediendo. Al darse cuenta de la necesidad que los gentiles tenían de instrucción cristiana, buscó a Pablo para que le ayudara con la enseñanza de los nuevos convertidos gentiles.
Luego esta iglesia en Antioquía les envió a Pablo y Bernabé en Hechos 13 para compartir el evangelio entre los Gentiles. En su primer viaje misionero Pablo y Bernabe visitaron Galacia.
Esto fué sólo el principio de la predicación del evangelio a todas las naciones que cumple con la expectativa de la promesa a Abraham en Génesis 12:1-3 que dice:
Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que Yo te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré. Bendeciré a los que de bendigan y a los que te maldigan, maldeciré. En tí serán benditas todas las familias de la tierra.
Esta extensión del cristianismo más allá de los judíos provocó una crisis de identidad en la iglesia. ¿Cuál es la base de la salvación que predicamos? ¿Qué es lo que hace un cristiano? ¿Qué debe hacer uno para ser cristiano? Estas preguntas son importantes para nosotros hoy.
Gálatas tiene tres actores que están presentes en el drama: Pablo, los gálatas y los detractores de Pablo que enseñan otro evangelio.
El libro de Gálatas también nos instruye como leer toda la Biblia. Pablo está dándonos un ejemplo de como interpretar el Antiguo Testamento a la luz de Jesús. Esto nos da un modelo bíblico de como interpretarlo manteniendo a Jesús como el centro de nuestra perspectiva de interpretación.
Consideraciónes fundamentales Capítulos 1:6-6:10
Gálatas empieza con un saludo a los de Galacia. Después Pablo afirma que algunos en esta iglesia habían abandonado el evangelio de Jesucristo. No se puede abandonar el evangelio de Jesús porque es el único evangelio que hay.
Salutación inicial (Gálatas 1:1-5)
Como es típico de Pablo inicia con un saludo. Este saludo es el más frío de todos los saludos de Pablo porque esta muy molesto con el progreso de evangelio en esta iglesia en particular. Ellos no están satisfechos con lo que Jesucristo hizo, sino están buscando añadir más. Cristo no basta para salvarnos.
El evangelio = Fe sólo en Cristo
El evangelio falso = Fe en Cristo + obras
Jesús murió por nosotros
En el saludo Pablo declara el tema de la carta. “Se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo” (Gálatas 1:4). Toda la carta desarrolla las consecuencias de esta frase. Si Cristo se dio a sí mismo por nosotros, no podemos salvarnos a nosotros mismos, nuestra observancia de la ley no nos salva, nuestras decisiones no nos salvan. No hay otra manera de que nos salvemos. Jesús es el único camino al Padre. Toda la carta a los Gálatas esta desarrollando el tema.
Pablo esta molesto con los Gálatas porque ellos han abandonado el evangelio de Jesús después de haber creído en él. Ellos han puesto otros requerimientos al evangelio para los creyentes después de su conversión a Cristo. Ya tienen que no solo es creer en Jesús, sino también obedecer otras leyes. Hasta la fecha hay “creyentes” en Cristo que ponen otros requisitos para la salvación.
La advertencia de Pablo (Gálatas 1:6-9)
Los gálatas que han seguido el consejo de “circuncidarse” han abandonado el evangelio de Jesucristo. Para ellos la salvación no es sólo el resultado de la muerte y resurrección de Jesús, sino es la fe en Jesús mas las obras (nuestra obediencia a todos los mandatos y cumplimento de participar en los rituales de la iglesia) lo que nos salva.
Entonces Pablo hace esta afirmación de que si uno predica otro evangelio esta maldito, porque no hay otro. Esto es como los Salmos imprecatorios (maldición) del Antiguo Testamento.
“Si nosotros (los apóstoles), o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que recibieron, sea anatema (maldito).
Esta afirmación nos enseña que el mensaje es la autoridad y no la persona, sea un ángel, un apóstol o cualquier otro. Este evangelio esta definido en Lucas 24:44-45 por Jesús y repetido en 1 Corintios 15:1-5 por Pablo y está escrito. Esto muestra que la autoridad máxima para los cristianos son las Escrituras. Las Escrituras están por encima de todo ángel o apóstol. El mensaje es primero. El mensaje no es acerca de nosotros, sino de Cristo.
Esto nos lleva a una consideración muy básica: ¿Cómo soy salvo? ¿Soy salvo si obedezco a Dios y/o a sus representantes aquí en la tierra? ¿Soy salvo por mis oraciónes y/o asistencia a la iglesia? ¿Soy salvo por tomar la santa cena a cada rato? ¿Por qué soy salvo? Estas preguntas siguen vigentes hoy.
Para los judíos no era suficiente creer en Dios para su salvación. Uno tenía que obedecer la ley. A fin de cuentas era más importante obedecer que creer para ellos, y algunos de nosotros. Si no obedecemos nos corren, o nos castigan. Mucha gente cree que es igual para con Dios.
Esto hace que la religión sea una cosa externa al hombre. Como dice Pablo (2 Corintios 3:7) la ley esta escrita en piedra, pero el Espíritu escribe en el corazón (2 Corintios 3:3). Podemos ver la religión externa del hombre con la conducta de la persona, pero no se puede ver si cree o no. La preocupación por lo externo sigue hasta hoy.
La defensa del mensajero y las circunstancias de Gálatas (Gálatas 1:10-2:21)
Para defender el evangelio de Jesús Pablo tenía que defender su propia persona y ministerio. Una manera en que trataron de hacer que la gente rechazara a Pablo, fue decir que era un ministro rebelde, que no tenía autorización para predicar su evangelio. Pablo indica que recibió su evangelio directamente de Dios, sin la intervención de los otros apóstoles. También indica que los apóstoles originales le dieron su aprobación por el mensaje que predicaba. (Los “apóstoles” hoy no pueden recibir la aprobación de los originales porque ya están muertos desde hace casi 2000 años.)
Segundo, Pablo cita un ejemplo donde el mensaje de su evangelio fuera negado por las acciones de Pedro en una reunión de la iglesia. Pablo indica que Pedro violó los principios del evangelio cuando comió en la mesa de sus paisanos. Esto indicaba que los de la raza judía eran superiores a los gentiles en la iglesia. Este favoritismo violaba la enseñanza de que Cristo había muerto por todos por igual. Ya no se trataba de hacerse judío o israelita para ser parte del pueblo de Dios. Los favoritismos niegan el evangelio en la iglesia.
Pablo se pone a defender su mensaje. El mensaje de Pablo resume el mensaje de su evangelio así:
“Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado” (Gálatas 2:16).
La defensa del mensaje del evangelio (Gálatas 3:1-4:7)
La defensa del evangelio empieza con un reclamo muy fuerte “Oh Gálatas insensatos”. Después el argumenta, “¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?” (Gálatas 3:2). También termina esta sección con una apelación al Espíritu. “Dios ha enviado el Espíritu del Su Hijo a nuestros corazones, clamando “!Abba! !Padre!” por tanto ya no son siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero por medio de Dios” (Gálatas 4:6-7).
Después de apelar al Espíritu nos dice cómo Abraham fue salvo sólo por fe. “Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia” (Génesis 15:6 y Gálatas 3:6). Así somos salvos en la misma manera que Abraham, el padre de la fe. Esto es el cumplimiento de la promesa a Abraham en Génesis 12:1-3.
La siguiente parte del argumento de Pablo consiste en que Cristo tomó nuestra maldición sobre si mismo y así nos dio su libertad. Cuando creemos en Cristo somos justificados. Esto es la única manera en que podemos ser justificados (Habacuc 2:4). No podemos mantenernos justificados por las obras tampoco. Esto sería equivalente a regresar al antiguo pacto en lugar de creer en Jesús. Las obras no nos mantienen salvos. Los gálatas también habían iniciado por el creer y abandonado esta manera de relacionarse con Dios agregando las obras después. Las obras como manera de conseguir o mantener la salvación son rechazadas por Pablo.
Pablo remata su argumento aclarando que la ley jamas fue una propuesta de salvación, sino que es un tutor puesto 430 años después para encerrar todo bajo el pecado y para llevarnos a Cristo (Gálatas 3:21-22).
Si esto es el mensaje, no puede haber discriminación en la iglesia porque todos somos igual de pecadores antes de conocer a Cristo y también después. Discriminación entre los cristianos es una negación del evangelio (Galatas 3:29).
La ley tenía ciertas desventajas. Una es que si uno no cumplía todo lo que la ley pedía estaba penado. Nadie es suficientemente justo para nunca estar bajo la pena de las demandas de la ley. Todos eran condenados. Esto significaba que todos estaban bajo maldición (Gálatas 3:10). La ley no presenta esperanza para nadie o como dice Pablo, “la ley es contraria a las promesas de Dios (Gálatas 3:21). El propósito de la ley era “encerrar todo bajo el pecado, para que la promesa que es por fe en Jesucristo fuera dada a todos los que creen” (Gálatas 3: 22).
Cristo cumplió con las demandas cuando como inocente toma nuestro lugar en la cruz (Gálatas 3:13).
El guardar la ley no justifica a nadie (Gálatas 2:16). Así Abraham y los creyentes están justificados por la fe y no por las obras de la ley. Tenemos la misma entrada en relación con Dios, el creer (Gálatas 3:6 y 9). También explica que si tenemos fe en Cristo, somos la descendencia de Abraham y herederos según la promesa (Gálatas 3:29).
El propósito de la venida de Cristo fue que las promesas que Dios había hecho a Abraham fuesen acesibles a los Gentiles (Gálatas 3:14 y Efesios 2:11-22).
Cristo nos dejo su herencia cuando murió en la cruz. Esta herencia nos da el derecho de ser adoptados como hijos de Dios (Gálatas 4:5).
Ya que somos hijos no debemos vivir como esclavos. Ya como cristianos tenemos una relación mucho más fuerte, ser “hijos de Dios”, la cual no puede ser superada por ningún otra persona.
Pablo hace una comparación entre los judíos y los cristianos. El indica que la relación bajo el nuevo pacto es un tanto superior como la relación de un esclavo o de un hijo. No debemos subestimar nuestra relación con Dios bajo la gracia.
Pablo marca la diferencia entre la teoría y la practica en el capítulo 5:
Para libertad fue que Cristo nos hizo libres. Por tanto, permanezcan firmes, y no se sometan otra vez al yugo de esclavitud (Gálatas 5:1).
Esto indica la actitud que debemos tener como hijos de Dios en nuestro andar. Si no somos libres, no somos hijos, pero no debemos usar nuestra libertad como ocasión para la carne.
En Gálatas 5:4 Pablo dice si intentamos justificarnos a nosotros mismo por obediencia ya nos somos cristianos. “De Cristo se han separado, ustedes que procuran ser justificados por la ley; de la gracia han caído” (Gálatas 5:4). Una advertencia, si la perfección o santidad es por obedecer la ley puede ser que también sea un abandono a Cristo (Romanos 10:3-4).
Pablo indica que si uno se somete a la ley (simbolizado por la circuncisión) esta obligado a cumplir con toda la ley. La ley obliga a uno a salvarse por la obediencia. Si no cumple con una obediencia al 100% esta fuera de la gracia. Pero luego agrega una frase muy importante:
De Cristo se han separado, ustedes que procuran ser justificados por la ley; de la gracia han caído (Gálatas 5:4)
Si estoy obedeciendo para salvarme, ya no estoy dependiendo del sacrificio de Cristo para mi salvación. Estoy negando que Jesús murió en mi lugar. Uno en esta situación esta pasando todo su tiempo buscando mantenerse salvo por su propia obediencia. No esta gozando la vida cristiana y esta negando a Cristo.
El Espíritu de Justicia (Gálatas 5: 13-6:10
Pablo también indica que la libertad no es para ser usada para seguir una vida de pecado (Gálatas 5:13) sino para agradar a Dios. La libertad no es para “cumplir los deseos de la carne”, sino para agradar a Dios. No debemos engañarnos a nosotros mismos. ¿Qué es lo que realmente queremos hacer? Pecar o agradar a Dios.
Debe ser fácil saber la diferencia entre la carne y el Espíritu, pero por si tuviéramos dudas Pablo pone la lista.
Debemos tener cuidado de nuestros hermanos cuando tengan faltas (Gálatas 6:1) y hacernos responsables de las cargas de nuestros hermanos.
Cada uno debe examinarse a si mismo. No estamos llamados para andar criticando a otras personas. Pablo aplica este principio a si mismo en 1 Corintios 4:1-5. Estamos llamados a cuidarnos a nosotros mismos.
Cada uno debe llevar sus propias cargas. No somos llamados a ser dependientes de otros cristianos.
Se debe compartir toda buena cosa con los que enseñan. Uno de los problemas aquí es que hay muy pocos maestros que se dedican a la investigación y enseñanza. Esto provoca que no hay una buena formación de los cristianos y de sus pastores. Actualmente no es económicamente viable ser maestro cristianos. Al desobedecer las instrucciones de Pablo la iglesia se ha debilitado.
No se cansen en hacer el bien.
Recuerden que ni la circuncisión, ni la incircuncisión son importantes, sino de ser una nueva creación en Cristo. Muchas veces nos evaluamos con las normas del mundo. Pero siempre debemos vernos a la luz de las Escrituras.
Saludos finales
Bibliografía
Frank Thielman, Teología del Nuevo Testamento, Vida.
D. A. Carson, et.al. Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI, Casa Bautista.
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