Introducción
Sin duda el liderazgo es uno de los temas que llama mucha la atención tanto de cristianos como de no cristianos hoy. La prueba está en la venta de libros en las universidades, los restaurantes y las librerías cristianas.
En general muchas personas desean ser líderes. Quieren tener el “carácter” para ser líder. Quieren inflar sus egos de tal forma que pueden mandar a los de más. No quieren tomar decisiones “blandos” sin tomar decisiones que harán cambios en este mundo.
Sin embargo, la Biblia nos enseña que no debemos seguir líderes “orgullosos”. Habacuc nos enseña que el que está orgulloso no es recta en su persona.
“Así es el orgulloso: En él, su alma no es recta, mas el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2:4).
A pesar de la enseñanza bíblica, seguimos a líderes orgullosos, en la iglesia, en la política, en el deporte, y en los negocios.
Liderazgo basado en el servicio
En contraste con el modelo de orgullo, Jesús propone un modelo de servicio para el liderazgo.
Mateo 20:20-24
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y postrándose ante él, le pidió algo. Jesús le preguntó: “¿Qué deseas”? Ella le dijo: “Ordena que en Tu reino ellos dos hijos míos se sienten uno a Tu derecha y el otro a Tu izquierda. Pero Jesús le dijo: “No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que Yo voy a beber?” Ellos respondieron, “Podemos”. Él les dijo: “Mi copa ciertamente beberán, pero el sentarse a Mi derecha y a Mi izquierda no es Mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado por Mi Padre. Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los hermanos.”
¿Cuál era la copa que Jesús iba a beber?
La búsqueda de prominencia en las cosas de Dios siempre provoca discordía.
La madre de Juan y Jacobo y ellos mismos no son consiente de que la posición de sus hijos sea el resultado del sufrimiento. No piensaban que la copa que toma Jesús fuera la del ira de Dios.
Mateo 20:25-28
Ustedes saben que los gobernantes de los Gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. No ha de ser así entre ustedes, sino que el que entre ustedes quiera ser el primero, será su siervo. así como el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos.Marcos 10:42-45
Llamándolos junto a El, Jesús les dijo:
“Ustedes saben que los que son reconocido como gobernantes de los Gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes que desee llegar a ser grande será su servidor, y cualquiera de ustedes que desea ser el primero será siervo de todos. Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Lucas 22:24-27
Surgió también entre ellos una discusión, sobre cuál de ellos debía ser considerado como el mayor.
Y Jesús les dijo: “Los reyes de los Gentiles se enseñorean de ellos: y los que tienen autoridad sobre ellos son llamados bienhechores. Pero no es así con ustedes: antes, el mayor entre ustedes hágase como el menor, y el que dirige como el que sirve. Porque, ¿cuál es el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, entre ustedes Yo soy como el que sirve. Ustedes son los que han permanecido junto a Mí en Mis pruebas; y así como Mi Padre Me ha otorgado un reino, Yo les otorgo que coman y beban a Mi mesa en Mi reino; y se sentarán en tronos juzgando a los doce tribus de Israel.
La búsqueda de reconocimiento
Mateo 23:1-12
Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a Sus discípulos:
Los escribas y los Fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. De modo que hagan y observan todo lo que les digan; pero no hagan conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues agrandan sus distintivos religiosos y alargan los adornos des sus mantos. Aman el lugar de honor de los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, y los saludos respetuosos en las palabras y ser llamados por los hombres Rabí. Pero ustedes no dejen que los llaman Rabí; porque Uno es su maestro y todos ustedes son hermanos. Y no llamen a nadie padre suyo en la tierra, porque Uno es su Padre, el que está en el cielo. Ni dejen que los llamen preceptores; porque Uno es su Preceptor, Cristo. Pero el mayor de ustedes será su servidor. Y cualquiera que se engrandece, será humillado, y cualquiera que se humille, será engrandecido.
Uno de las maneras en que buscamos reconocimiento es que buscamos que nos hablan con un titulo. Esta practica es muy común en las universidades, el trabajo, la política e iglesias. Las advertencias de Jesús son vigentes en toda la vida.
Jesús prohibe que nos llamamos “Rabi” que es maestro o doctor. Como Jesús nos llama hermano esto es máximo relación que podemos tener con otros. Cuando buscamos ser más que un hermano, pretendemos ser más que Jesús. ¿Cómo podemos tener una relación con otro cristiano que sea más que la relación que uno tiene con Él? Nuestra ambición para reconocimiento margina hasta Jesús.
Si estamos haciendo las actividades de servicio para ser reconocidos, los que reciben los servicios también se van a dar cuenta de nuestra hipocresía, que sólo les estamos usando para nuestro propio beneficio.
Juan 13 presenta a Jesús dando un modelo de servicio cuando lava los pies de los discípulos. Dice que debemos hacer lo mismo cada vez que nos reuniamos. ¿Cómo sirves a tu hermano cuando lo ves en la iglesia?