Plan Divino
En este artículo vamos a ver el mensaje de la Biblia completa: los 39 libros del Antiguo Testamento y los 27 del Nuevo. Nuestro propósito será ver cómo estos libros presentan un mensaje unido a pesar de haber sido escritos por cuarenta autores en diferentes tiempos, países, culturas e idiomas.
Jesús mismo nos enseñó que él mismo es el tema de las Escrituras. Nuestra tarea en este taller es demostrar cómo todo enfatiza a Jesús. En este enfoque, la Biblia nos hablará de su familia, ascendencia, historia, necesidad, triunfos, oposición, enemigos, ideología, servicio, sacrificio, entre otras cosas.
Jesús indica que la correcta interpretación de las Escrituras es,
Antiguo Testamento: Pentateuco, Profetas Anteriores, Profetas Posteriores y Escritos
1. EL PENTATEUCO: GÉNESIS, ÉXODO, LEVÍTICO, NÚMEROS Y DEUTERONOMIO [AT1]
La palabra “ley” representa a la palabra “TORAH”, que en hebreo quiere decir “enseñanza básica” o “principios para la vida” más que “órdenes y reglas”. No es una lista de qué hacer o no hacer. Estos libros dan los temas que se van a repetir a lo largo de la Biblia.
La historia comienza con la creación del mundo, cuando Dios crea de la nada todo lo que existe. La cumbre de esta creación es el hombre (hombre y mujer), creado a la imagen de Dios.
El estado de perfección que existió en el principio fue destruido cuando el hombre pecó haciendo su voluntad en lugar de la de Dios. A pesar de que el hombre peca, Dios le concede misericordia o gracia permitiéndole seguir viviendo en el mundo de Dios. Aprendemos que Dios tiene un plan para el hombre a pesar de su pecado (Génesis 3:15). Este plan incluye a un hombre que aplastará la maldad.
El plan de la reconciliación toma más forma cuando Dios llama a Abraham, prometiéndole una tierra, una descendencia y una bendición o gobierno (Génesis 12:1-3). Este fue formalizado como pacto (Génesis 15). A partir de este pacto, Abraham sabe que su familia va a estar en Egipto por 430 años. Este pacto es cumplido con el nacimiento de Isaac. Dios pone prueba otra vez a Abraham, y le pide que sacrifique a Isaac. El Nuevo Testamento enseña que los que creemos en Jesús somos parte de esta promesa, pacto y familia (Gálatas 3:7,9,13,14,16, 22, 28-29).
Esta familia estuvo bajo la protección de Dios hasta su migración a Egipto, bajo la dirección de José. José es levantado por Dios para gobernar a Egipto, para cumplir el plan de Dios de la redención (Genesis 45:5-8).
En el libro de Éxodo encontramos esta familia esclavizada en Egipto, clamando a Dios por la ayuda. Dios responde a sus oraciones con el nacimiento de Moisés, aunque tendrían que esperar por otros 80 años. Hacia el final de los 80 años, Dios le revela su nombre a Moisés y le da la comisión de librar a su pueblo de Egipto y sus dioses.
Después de las 10 plagas, el faraón llega a la conclusión de que los Israelitas deben salir de Egipto. La última plaga era la muerte del primogénito (de hombres y bestias) de todos los que vivían en Egipto y que no aplicaron en los dinteles de las puertas de sus casa la sangre de un cordero. En memoria de este evento, los Israelitas celebran la Pascua cuando el Ángel de la muerte pasó por encima de las casas cubiertas de la sangre de un cordero. En las demás casas, Dios mató al primogénito porque no todos pertenecían a Dios.
Los Israelitas corrieron a las riberas de Mar Rojo. Habían quedado atrapados entre la roca, el mar y los ejércitos del faraón. Dios tenía que rescatarlos de la destrucción abriendo el mar Rojo, permitiéndoles escapar y a la vez destruyendo al faraón.
Tres meses después llegaron al Sinaí, donde Dios les dio la ley para guiarlos en la vida. Esto tiene paralelos con el día de Pentecostés (ver 2 Corintios 3). Las instrucciones de construir el tabernáculo son la sección más larga del libro de Éxodo. Esto enfatiza la importancia de que Dios está con su pueblo (Emanuel).
Un año después toman el censo para saber cuántos son y se embarcan en su viaje al desierto para llegar a la tierra prometida. Pero no confiaban plenamente en Dios. Esta desconfianza causa que vaguen por el desierto durante 40 años. Números sólo nos cuenta el principio y el final de este tiempo.
Al llegar a la tierra prometida Moisés les predica un largo sermón (que pudo haber sido dado en varios mensajes), advirtiéndoles de no desobedecer a Dios, ni desconfiar de él. Moisés les pide que decidan entre la vida y la muerte (como en el jardín del Edén).
LOS PROFETAS ANTERIORES. JOSUÉ, JUECES, SAMUEL Y REYES [AT2]
Los profetas anteriores tenían la misión de dar una interpretación desde la perspectiva de Dios, es decir, profética. No es una historia simple del pueblo de Israel.
El libro de Josué y los otros profetas anteriores es, en un sentido, la continuación del proyecto del Éxodo y la redención del pueblo de Dios. También Josué toma el liderazgo de la nación después de la muerte de Moisés. Josue recibió el llamado asi:
«Pero tienes que esforzarte y ser muy valiente. Pon mucho cuidado y actúa de acuerdo con las leyes que te dio mi siervo Moisés. Nunca te apartes de ellas, ni a la derecha ni a la izquierda, y así tendrás éxito en todo lo que emprendas. Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien. Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas.» (Josué 1:7-9 RVC).
Compartió su llamado con el pueblo. Ellos también tenían que ser fieles para gozar su relación con Dios. Ellos, como nosotros, querían ser autónomos y hacer lo que se les diera en gana. En cada batalla y en cada paso de la conquista tenían el reto de ser fieles al pacto. Esta exhortación la cumple únicamente el Mesías.
Josué indica que a pesar de sus rebeliones, Dios cumplió todas sus promesas con los padres (Josué 21:43-45) al permitir que su descendencia ocupara el territorio que el Señor le había dado.
El libro de Jueces indica que el pueblo no es fiel a Dios (Jueces 2:11-3:6). El pueblo es incapaz de gobernarse a sí mismo, pues requiere de un líder para salir adelante. Por estas razones piden un rey (Jueces 21:25).
Ante esta situación (1 Samuel 8:5) el pueblo le pide a Dios que le dé un rey que los juzgue, tal y como sucede en todas las demás naciones. Dios le dice a Samuel que no lo están rechazando a él como rey, sino que están rechazando a Dios mismo porque no quieren que Dios reine sobre ellos. (1 Samuel 8:7).
En el período de los reyes (1 Samuel 8:11-2, Reyes 25:30) encontramos que los reyes normales no eran capaces de dirigir al pueblo a la fidelidad a Dios.
Jeremías dicta la sentencia sobre los que confían en reyes y líderes humanos, diciendo que son malditos los que confían el el hombre (Jeremías 17:5).
Cuando David llegó a ser rey, Dios cumplió con la bendición que estaba prometida a Judá (Génesis 49:8-12). El alcance de esta promesa está descrito en la promesa que Dios le hizo a David en 2 Samuel 7:4-17. Después de recibir la promesa, David muestra que todavía es carne y su vida personal resulta ser un desastre. Su adulterio con Betsabé (2 Samuel 11-12), que resulta en el nacimiento de Salomón, hace que su familia pase a ser su mayor enemigo con la rebeldía de Absalón. David tiene que huir de Jerusalén antes de poder regresar al trono. Su historia nos dice que aun el mejor de los reyes es pecador como cualquier hombre.
Cuando David muere, Salomón logra establecerse como rey único de Israel. A pesar de ser hijo de un rey guerrero, extiende su reino por medio del comercio y de tratados internacionales. Estos tratados requieren casarse con las hijas de otros reyes. Pero tales compromisos familiares resultan en la institucionalización de la idolatría, ya que sus esposas no eran creyentes en el Señor. A la postre, esta idolatría causará la división del reino.
Al dividirse las 10 tribus del Israel (el norte), se establecen dos centros de idolatría, uno en Samaria y el otro en Dan. Esta rebeldía a la dinastía de David significa que no son leales al Señor su Dios. Por su deslealtad son removidos de la promesa y bendición de Dios. El resultado es la destrucción de Israel (el norte) y su destierro por medio de Nínive en el 722 a.C.
Dios busca recuperar las tribus del norte enviándoles varios profetas, incluyendo a Elías y Eliseo. Más tarde son enviados Oseas, Amós, y Jonás.
El reino del sur, Judá, permanece después de esta derrota de sus hermanos hasta que Babilonia, una provincia de Asiria, logra independizarse y ganar una guerra civil, conquistando el viejo imperio de Nínive. Babilonia derrotará a Judá entre 606 y 587, se llevará un gran número de cautivos a Babilonia, suceso conocido como el exilio.
Los profetas anteriores terminan con el exilio. Los profetas posteriores que siguen son las predicaciones y mensajes de Dios enviados a su pueblo en estos tiempos difíciles, durante el exilio y después.
Conclusiones de los Profetas Anteriores
La solución para el problema no la puede realizar un hombre, es decir, una persona, líder o gobernante. Proyectos que dependen de un hombre recibieron su sentencia (Jeremías 17:5). El hombre no es digno de nuestra confianza o fe. El único que puede salvar al hombre es el Mesías (Jeremías 17:7).
LOS PROFETAS POSTERIORES: ISAÍAS, JEREMÍAS, EZEQUIEL, OSEAS, JOEL, AMÓS, ABDÍAS JONÁS, MIQUEAS, NAHUM, HABACUC, SOFONÍAS, HAGEO, ZACARÍAS y MALAQUÍAS [AT3]
Los profetas posteriores son los profetas que escribieron sus mensajes, a diferencia de los profetas anteriores, de quienes tenemos sus historias. Una característica de los profetas es que por lo general sus mensajes vienen escritos en poesías. Esto significa que para entenderlos tenemos que comprender la poesía hebrea.
Estos profetas tenían la tarea de llamar al pueblo a arrepentimiento. Anunciaron el juicio de Dios contra ellos y redefinen el enfoque de Dios de toda la familia de Abraham al Mesías como el cumplimiento de la promesa que Dios le hizo a Abraham con Jesús (Gálatas 3:16). Añaden la indicación de que el nuevo éxodo va a incluir a gente de todas las naciones en el pueblo de la promesa.
Entre los cambios que estos profetas anunciaron se encuentra la redefinición del pueblo de Dios. Isaías indica que este pueblo va a consistir en gente de todas las naciones (Isaías 11:10-16). Ezequiel indica que habrá un nuevo templo de donde saldrá un río de agua viva que purificará al mundo entero (Ezequiel 47:1-12 ver Juan 7:37-39) y Jeremías indica que habrá un nuevo pacto que estará escrito en los corazones de los hombres en lugar del que fue escrito en piedras (Jeremías 31:·1-34).
LOS ESCRITOS: SALMOS, JOB, PROVERBIOS, RUT, CANTARES, ECLESIASTÉS, LAMENTACIONES, ESTER, DANIEL, ESDRAS, NEHEMÍAS, Y CRÓNICAS [AT4]
La Biblia Hebrea termina con la literatura Sapiencial: Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares y Job, más la poesía de Jeremías, Lamentaciones. También continúa con el proyecto de escribir la historia, y sigue con los libros de Rut, Esdras, Nehemías, Ester, y termina con 1 y 2 de Crónicas.
La literatura sapiencial trata temas universales como el sufrimiento y la muerte, amistad, amor y matrimonio, lealtad y sabiduría. Lo hace bajo la fe en el Dios de Israel. Repetidas veces indica que la sabiduría humana depende del temor del Señor (Proverbios 1:7).
La otra parte de los Escritos trata el problema del exilio, con la óptica de que es justo castigarlos con el exilio por su infidelidad y establece que Dios todavía tiene planes para su pueblo. Dios es visto como quien a pesar de todo, sigue cumpliendo sus promesas para con ellos. Pueden esperar con confianza la acción de Dios para el futuro.
Conclusión de los Escritos:
Los escritos tiene el propósito de mostrar que Dios sigue con un plan para su pueblo, a pesar del pecado y el exilio.
EL NUEVO TESTAMENTO está divido en Evangelios [NT1]-Historia [NT2], Epístolas Paulinas [NT3], Epístolas Generales [NT4] y Apocalipsis [Taller y NT5].
El Nuevo Testamento tiene que cumplir varias funciones para que sea creíble. Tiene que mostrarse veraz a su generación, es decir, a sus destinatarios. Tiene que plasmar los hechos de la vida de Jesús de tal manera que los demás testigos puedan confirmar los sucesos sin que estos sean refutados al instante. Tiene que mostrarles a los judíos que Jesús cumple las expectativas del Antiguo Testamento como el Mesías o el Cristo esperado por ellos. Tiene que convencer al mundo pagano de la credibilidad de Jesús como divino. Si no hubiera cumplido estas funciones, el cristianismo no habría prosperado.
El Nuevo Testamento nos presenta a Jesucristo como Hijo del hombre (Daniel 7:13-14, Hijo de Adán (Lucas 3:38), Hijo de Abraham (Mateo 1:1), Hijo de David (Mateo 1:6), e Hijo de Dios (Mateo 27:54),
¿Cómo podemos saber si hemos interpretado correctamente la Biblia?
Jesús mismo nos da la clave en Lucas 24:45-47
«Entonces les abrió el entendimiento para que pudieran comprender las Escrituras y les dijo: «Así está escrito que era necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día, que en su nombre se predicara el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones comenzando en Jerusalén» (San Lucas 24:45-47 RVC).
Jesús indica en Lucas exactamente la conclusión de una correcta interpretación de las Escrituras. Los textos hablan de él, de sus sufrimientos y sus padecimientos al morir en la cruz por nuestros pecados, de su resurrección de entre los muertos y el anuncio del evangelio a todas las naciones; es decir, del arrepentimiento y el perdón de los pecados.
El entendimiento que Pablo recibió y compartió con los corintios era muy similar. Podemos ver lo que tenía en mente en 1 Corintios 15:1-5
Además, hermanos, les anuncio el evangelio que les prediqué, que es el mismo que ustedes recibieron y en el cual siguen firmes. Por medio de este evangelio serán salvados, siempre y cuando retengan la palabra que les he predicado. De no ser así, habrán creído en vano. En primer lugar, les he enseñado lo mismo que yo recibí: Que, conforme a las Escrituras, Cristo murió por nuestros pecados; que también, conforme a las Escrituras, fue sepultado y resucitó al tercer día; y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos aún viven, y otros ya han muerto. Luego se apareció a Jacobo, después a todos los apóstoles; y por último se me apareció a mí, que soy como un niño nacido fuera de tiempo. A decir verdad, yo soy el más pequeño de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol porque perseguí a la iglesia de Dios (1 Corintios 15:1-9 RVC).
Si no predicamos este mensaje acerca de Jesús estamos predicando “otro evangelio” (Gálatas 1:8-9).
Los EVANGELIOS [NT1]
El tema de la Biblia: Jesús
Los evangelios están escritos para diferentes audiencias y diferentes culturas. Mateo está escrito para los judíos. Empieza con la genealogía cuyos inicios parten de Abraham y David, dos de las figuras más importantes para los Judíos. Muestra cómo Jesús cumple lo que escribieron los profetas.
Sabemos que Marcos está escrito para los romanos porque tiene terminaciones latinas y enfatiza la acción, característica de la cultura latina. Menciona a Rufo, quien vivía en Roma (Marcos 15: y Romanos 16:13). La tradición del segundo siglo indica que Marcos escribió su evangelio recibido de parte de Pedro, en Roma.
Lucas, el compañero de Pablo en sus viajes misioneros, les escribió a los griegos. Lucas y Hechos destacan la salvación que Jesús trae a todos.
Juan escribió su evangelio para los cristianos en general y estaba pastoreando en Éfeso. Les escribe a personas que no estaban familiarizadas con la cultura judía de Palestina.
Estas diferentes audiencias, de distintas culturas, explican las diferencias de contenidos de los evangelios. La audiencia determina el mensaje.
El Nuevo Testamento está lleno de declaraciones que indican que Jesús es el tema de la Biblia. Esto implica que la Biblia tiene el propósito de aclarar quien es Jesús, su identidad, su misión y cómo ser su discípulo. Hoy en día hay otros temas que compiten con Jesús para ser tema de la Biblia, como la ética, la familia, el pueblo de Israel, como tener felicidad. Esto temas representan otro evangelio.
La muerte y resurrección no son el final del proyecto de Dios para esta misión, sino el comienzo de la misión mundial. Antes de regresar al cielo, Jesús comisionó a sus discípulos para hacer discípulos a todas las naciones. Esta tarea no la realizamos solos, sino que Jesús promete su presencia con nosotros siempre. No estamos solos. Él nos capacita, dirige y acompaña en su misión.
Hechos de los Apóstoles [NT2]
Hechos narra la expansión del cristianismo, desde Jerusalén hasta Roma. Muestra que los cristianos no cometieron crímenes contra el gobierno, sino que eran impulsados en su expansión por el Espíritu, sin otros motivos.
Epístolas de Pablo: ROMANOS, 1 y 2 CORINTIOS, GÁLATAS, EFESIOS, FILIPENSES, COLOSENSES, 1 y 2 TESALONISENSES, 1 y 2 TIMOTEO, TITO, FILEMÓN, [NT3]
Pablo predicaba el evangelio principalmente a gentiles que no conocían la cultura judía. Él escribe las razones y consecuencias del evangelio con muchos detalles.
Uno de los hilos que corre a lo largo de toda la Biblia es el tabernáculo–templo. El tabernáculo era una tienda que simbolizaba la presencia de Dios. Al ser portátil representaba el hecho de que Dios estaba con ellos donde quiera que fuesen. Cuando se establecieron en su tierra, construyeron un templo de material que representaba que Dios estaba con ellos permanentemente.
En el Nuevo Testamento Jesús indicaba que él mismo era el templo o habitación de Dios (Juan 2:19-25). Jesús también señalaba que en el futuro no habrá un lugar físico para la adoración a Dios. Jesús no dio instrucciones para llevar elementos del tabernáculo o templo para la adoración cristiana.
Pablo, en sus epístolas, indicaba que nosotros (la congregación) somos el templo de Dios. Si uno destruyera él templo, hablando mal de otros cristianos, Dios lo destruiría a él (1 Corintios 3:16-17). Más adelante, en el capítulo 6, Pablo indica que no debemos participar en pecado porque somos el templo de Dios (1 Corintios 6:15-17). Este concepto se fundamenta en las palabras de Jesús: “donde haya dos o tres en mi nombre, allí estoy presente” (Mateo 18.20).
En 1 Pedro 2:1-8 se afirma que la congregación reunida es el templo de Dios, construido con piedras vivas, es decir, los miembros de la congregación. La congregación es sagrada porque Dios habita o esté presente entre nosotros. El edificio es sólo el facilitador externo para el templo. Nosotros somos sagrados porque Cristo vive en nosotros, no en edificios hechos a mano.
Epístolas Generales: HEBREOS, SANTIAGO, 1 y 2 PEDRO, 1, 2 y 3 JUAN, JUDAS [NT 4]
Estas epístolas fueron escritas para animar a los cristianos a seguir a Cristo en tiempos difíciles.
APOCALIPSIS [NT 5]
Apocalipsis se escribe para mostrar que Jesús es el soberano sobre todos los reinos de este mundo. Él tiene el poder para vencer a sus enemigos y premiará a los que le son fieles como sus discípulos. El Apocalipsis nos da una explicación de los conflictos, derrotas y victorias desde una perspectiva del soberano Jesucristo. No tenemos razón para estar desanimados porque la evidencia muestra que Jesús está reinando y va a premiar a quienes le son fieles hasta la muerte.
Conclusiones
La Biblia presenta el evangelio de principio a fin. La unidad de la Biblia es necesaria para poder interpretarla correctamente. Esta unidad se centra en, y aclara la persona de Jesús.
Bibliografía
Graeme Goldsworthy, Evangelio y Reino, Torrentes de Vida; Estrategia divina, CLIE; Predicando Cristo desde todas las Escrituras, Torrentes de Vida.
David Peterson, Creación a la nueva creación, Moclam.
Vaughn Roberts, El Gran Panorama Divino, Torrentes de Vida.
Jack B. Scott, El Plan de Dios en el Antiguo Testamento y El Plan de Dios en el Nuevo Testamento, FLET.
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