jueves, 15 de noviembre de 2012

El Señor es mi pastor: Salmo 23


El Señor es mi pastor: Salmo 23

¿Qué nos enseña el Salmo 23 acerca de Jesús?

Esta diferente manera de leer el Antiguo Testamento no nos debe parecer extraña. Jesús dijo que el Antiguo Testamento es Revelacion y Escritura acerca de Él.

Lucas 24:45-47
Después Jesús les dijo: “Esto es lo que Yo les decía cuando todavía estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre Mí está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.”

Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: “Así está escrito, que el Cristo padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día; y que en Su nombre se predicará el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones,

Pablo también indica que las promesas de las Escrituras se cumple en Jesús: 
Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios (2 Corintios 1:20 NVI).


No son promesas que podamos aplicar directamente a nosotros, 
Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre” (1 Timoteo 2:5). 
Para poder entender las Escrituras, tenemos que entender primero lo que significaban para Jesús.

El Señor es mi pastor
Salmo 23:
El Señor es mi pastor, Nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; Junto a aguas de reposo me conduce. El restaura mi alma; Me guía por senderos de justicia. Por amor de Su nombre. Aunque pase por el valle de sombra de muerteNo temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento. Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; Has ungido mi cabeza con aceite; Mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa del Señor moraré por largos días (Salmo 23:1-6).

Todos hemos leído este Salmo para consolación en momentos difíciles de la vida. Sin embargo, vemos el sentido pleno del Salmo cuando lo vemos al luz de la vida de Jesús.

Jesús
Este Salmo es considerado un Salmo mesiánico junto con los Salmos 22 y 24. Los tres salmos hablan de Cristo. La razón por la que este Salmo está en las Escrituras es por lo que dice acerca de Jesús.

El Salmo describe tres etapas. Primero, cómo Jesús fue protegido y guiado por Dios. Segundo, como Jesús enfrenta el sufrimiento en la cruz. Y finalmente como Jesús ve la victoria.

Jesús es guiado por el pastor
El Señor es mi pastor,Nada me faltará.En lugares de verdes pastos me hace descansar; Junto a aguas de reposo me conduce. El restaura mi alma; Me guía por senderos de justicia Por amor de Su nombre (Salmo 23:1-3).

La presencia de Señor en la vida de Jesús.
Primero, Jesús reconoce que el Padre es su Pastor. No tiene que temer a las carencias en la vida. Todo lo que tenga o  necesite es provisto por su Pastor.

Es igual con la oveja, no va a ninguna parte si el pastor no lo lleva. No come lo que el pastor no le da. Así era la relación de Jesús con su padre y asi debe ser la nuestra con nuestro Pastor Jesús.

Observa como Jesús es pastoreado por su pastor, el Padre:
Juan 5:19
Por eso Jesús les decía: “En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre , eso también hace el Hijo de igual manera.

Juan 5:30 
“Yo no puedo hacer nada por iniciativa Mía; como oigo, juzgo, y Mi juicio es justo porque no busco Mi voluntad, sino la voluntad del que Me envió.

Juan 8:28
Por eso Jesús les dijo: “Cuando ustedes levanten al Hijo del Hombre, entonces sabrán que Yo soy y que no hago nada por Mi cuenta, sino que hablo estas cosas como el Padre Me enseñó.


Las pruebas y la muerte
Su vida también tuvo luchas y pruebas tremendas que acabaron en Su muerte. Pero Jesús pudo enfrentar la muerte, sabiendo que estaba al cuidado de su Pastor. Sabía que el resultado final iba a ser su victoria. No huyó de los problemas, las derrotas, ni la muerte porque sabía que su Pastor lo cuidaba. 
Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigoTu vara y Tu cayado me infunden aliento (Salmo 23:4).


Jesús sabía que aunque era el Hijo de Dios, no iba a tener una vida llena de prosperidad, éxito y muchas comodidades. Entendia, mas bien,  que su vida iba a ser difícil, con mucha oposición, pero que su Pastor le ayudaría en toda situación. Nosotros no somos mejores que Jesús.

Mateo 10:24-25
El discípulo no es superior a su maestro, ni el siervo superior a su amo. Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!


Si ustedes fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no son del mundo, sino que Yo los escogí de entre el mundo, por eso el mundo los odia.

Yo les he dado Tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo.
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Nosotros tenemos la misma relación con el mundo que tenía Jesús. Debemos esperar que nos odien por las mismas razones que odiaron a Jesús. Necesitamos la protección de un pastor como lo tuvo Jesús.

La victoria
Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días (Salmo 23:5-6).

Cuando leí esta parte del Salmo me di cuenta que no estaba hablando de mí porque sabía que Dios no mi iba a prepara un banquete para mí. El banquete es para Jesús. Nosotros vamos a estar ahí, pero la fiesta es de Él. Celebraremos Su victoria, pero estamos invitados a participar en la cena de victoria. Vamos a estar ahí en la cena en presencia de nuestros enemigos, pero Jesús es el invitado de honor.

El gran banquete final es las bodas del Cordero. Es la celebración de la victoria de Jesús, reunido con su novia, la iglesia.
Apocalipsis 19:6-9
Después oí voces como el rumor de una inmensa multitud, como el estruendo de una catarata y como el retumbar de potentes truenos, que exclamaban:
«¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso.¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente.» (El lino fino representa las acciones justas de los santos.)


El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!” » Y añadió: «Estas son las palabras verdaderas de Dios.»

Conclusiones:
<!--El Salmo empieza con una relación entre una persona y el Señor. Esta persona es cuidada por el Señor quien es su pastor.
<!--En la segunda sección del Salmo, la persona esta puesta en una situación donde puede perder la vida. Pero el pastor esta comprometido en rescatarle.
<!--La tercer sección del Salmo habla de la restauración de la persona y la victoria sobre sus enemigos. Termina con esta persona en la presencia del Señor para siempre.

Esta estructura se llama un quiasmo, ABA.
A (bajo el cuidado del Señor)
B (En el valle de la sombra de muerte)
A (En la presencia del Señor)

Es paralela a la vida de Jesús.

Nosotros: El significado hoy.
La primera pregunta es ¿Quiénes son las ovejas del Señor? La respuesta es sólo los débiles y pobres; los que saben que necesitan la protección del Señor; lo enfermos y necesitados y los que no son auto-suficientes. Estos pueden acudir al Señor para que El sea su guía.

Juan 10:14-15
»Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí,  así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas.
Juan 10:25-30

—Ya se lo he dicho a ustedes, y no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que me acreditan,  pero ustedes no creen porque no son de mi rebaño.  Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.  Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.

Juan 10 nos explica que si no creemos en Jesús, no somos sus ovejas y el Salmo 23 no aplica para nosotros.


martes, 13 de noviembre de 2012

¿En qué consiste la Santa Cena?


Nuestra celebración de la cena del Señor debe ser una clara proclamación de la muerte del Señor hasta que el venga, es decir, un claro anuncio del evangelio.
Hay muchas maneras de llevar a cabo la Santa Cena y hay mucho material bíblico relacionado. Llevar a cabo una adecuada celebración de la santa cena requiere una comprensión completa de nuestra redención.

La solución a los problemas del hombre consiste en comprender cuatro afirmaciones de la redención:
1.    Creación: Todo es de Dios
2.    Pecado: No le hacemos caso a Dios
3.    Redención: Cristo nos salva
4.    Respuesta: Estamos obligados a rendirle culto

1. Creación
Salmo 8: 1-9
¡Oh Señor, Señor nuestro,
Cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra,
Que has desplegado Tu gloria sobre los cielos!
Por boca de los infantes y de los niños de pecho has establecido Tu fortaleza,
Por causa de Tus adversarios,
Para hacer cesar al enemigo y al vengativo.

Cuando veo Tus cielos, obra de Tus dedos,
La luna y las estrellas que Tú has establecido,
Digo: ¿Qué es el hombre para que Te acuerdes de él,
Y el hijo del hombre para que lo cuides?
¡Sin embargo, lo has hecho un poco menor que los ángeles,
Y lo coronas de gloria y majestad!
Tú le haces señorear sobre las obras de Tus manos;
Todo lo has puesto bajo sus pies:
Todas las ovejas y los bueyes,
Y también las bestias del campo,
Las aves de los cielos y los peces del mar,
Cuanto atraviesa las sendas de los mares.

¡Oh Señor, Señor nuestro,
Cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra!


Dios se acuerda de nosotros porque su Hijo se hizo hombre, amigo y hermano de nosotros los humanos.

La pascua era la última cena que hicieron los israelitas antes de emprender el éxodo o salida de Egipto e involucraba el sacrificio de un cordero. Este sacrificio era para aplacar la ira de Dios en la décima plaga que mataba a los primogénitos (Éxodo 12:12-13). Después del éxodo, la celebración de la pascua se convirtió en una celebración anual de dicha salida que se llevaba a cabo en casa con los miembros de la familia.  La Pascua le dio al pueblo israelita una identidad como nación y era la celebración de su independencia nacional. 

Ellos basaban la fecha para la pascua en el calendario lunar, es por eso que Semana Santa no tiene celebración fija en nuestro calendario.  La pascua corresponde a la primera luna nueva después del equinoccio de la primavera. Esta fecha establece las demás fiestas religiosas de los judíos y cristianos como la ascensión, pentecostés, tabernáculos, y expiación.

Tradicionalmente la mesa estaba puesta para un invitado que no estaba presente en la cena. Este lugar estaba separado para el Mesías, a quien estaban esperando.


Jesús mismo fue a Jerusalén para celebrar la pascua en varias ocasiones. Salmos 120-134 son Cánticos de ascenso gradual en el camino al templo en Jerusalén para celebrar la pascua. 

Isaías 53 describe el sacrificio del siervo como un cordero, el cual recibe el castigo del pecado del pueblo sobre sí mismo.

¿Quién ha creído a nuestro mensaje?
¿A quién se ha revelado el brazo del Señor?Creció delante de El como renuevo tierno,
Como raíz de tierra seca.
No tiene aspecto hermoso ni majestad
Para que Lo miremos,
Ni apariencia para que Lo deseemos.
Fue despreciado y desechado de los hombres,
Varón de dolores y experimentado en aflicción;

Y como uno de quien los hombres esconden el rostro,
Fue despreciado, y no Lo estimamos.

Ciertamente El llevó nuestras enfermedades,
Y cargó con nuestros dolores.
Con todo, nosotros Lo tuvimos por azotado,
Por herido de Dios y afligido.
Pero El fue herido (traspasado) por nuestras transgresiones,
Molido por nuestras iniquidades.
El castigo, por nuestra paz, cayó sobre El,
Y por Sus heridas (llagas) hemos sido sanados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
Nos apartamos cada cual por su camino;
Pero el Señor hizo que cayera sobre
 El
La iniquidad de todos nosotros.

Fue oprimido y afligido,
Pero no abrió Su boca.
Como cordero que es llevado al matadero,
Y como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda,
El no abrió Su boca.
Por opresión y juicio fue quitado;
Y en cuanto a Su generación, ¿quién tuvo en cuenta
Que El fuera cortado de la tierra de los vivientes
Por la transgresión de mi pueblo, a quien correspondía la herida?
Se dispuso con los impíos Su sepultura,
Pero con el rico fue en Su muerte,
Aunque no había hecho violencia,
Ni había engaño en Su boca.


Cuando Jesús fue presentado por Juan el Bautista, éste lo reconoce como el Cordero que quita el pecado del mundo (Juan 1:29-31):
Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: “Ahí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Este es Aquél de quien yo dije: ‘Después de mí viene un Hombre que es antes de mí (tiene un rango más elevado que yo) porque era primero que yo.’ Yo no Lo conocía, pero para que El fuera manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua.”

Jesús les enseñó a sus discípulos que era obligatorio comer su cuerpo y beber su sangre (Juan 6). Esta enseñanza indica que tenemos que internalizar sus palabras y enseñanza para mostrar que somos sus discípulos (seguidores). Sus palabras son espíritu y vida para nosotros (Juan 6:63).

Jesús iba a Jerusalén para celebrar la pascua cada año de su ministerio. El último año instituyó la cena del Señor para celebrar el Nuevo Éxodo en el cual fuimos librados de pecado. Este Segundo Éxodo fue descrito por los profetas (Isaías 11:10-16; Jeremías 16:14-19).

2. Pecado
Juan 8:31-36
Entonces Jesús decía a los Judíos que habían creído en El: “Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”  Ellos Le contestaron: “Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices Tú: ‘Serán libres’?”

Jesús les respondió: “En verdad les digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecadoy el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo  permanece para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres. (Ver Pecado: por dentro y por fuera)

En otras palabras todos nosotros somos esclavos al pecado. Solamente cuando creemos en la Verdad, es decir, en Jesús, somos libres y podemos servir a Dios.

Participar en la Cena del Señor no significa que no tenemos pecado. De hecho el Nuevo Testamento describe nuestra participación en Cristo un acto de misericordia. Así estamos diciendo que Jesús murió por nuestros pecados. No porque seamos perfectos, sino porque dependemos de Jesús y su muerte para ser libres y vivir libre del pecado.


3. Redención
En Jerusalén, Jesús nos libró del pecado para que pudiéramos servir a Dios. Justo antes empezar su camino a Jerusalén, subió al Monte de Transfiguración donde hablaron acerca de Su Partida (que en griego es éxodo):

Y de repente dos hombres hablaban con El, los cuales eran Moisés y Elías, quienes apareciendo en gloria, hablaban de la partida de Jesús que estaba a punto pasarle en Jerusalén. Pedro y sus compañeros fueron vencidos por el sueño, pero cuando estuvieron bien despiertos, vieron la gloria de Jesús y a los dos varones que estaban con El (Lucas 9:30-32).

Pablo complementó las instrucciones de Jesús con respecto a la participación en la Cena del Señor debido a que estaban marcando su estatus económico y despreciando a los creyentes pobres durante la cena en vez de celebrar el perdón que recibieron cuando Jesús fue partido por ellos.
17 Pero al darles estas instrucciones: "no los alabo, porque no se congregan para lo bueno, sino para lo malo18 Pues, en primer lugar, oigo que cuando se reúnen como iglesia hay divisiones entre ustedes, y en parte lo creo. 19 Porque es necesario que entre ustedes haya bandos, a fin de que se manifiesten entre ustedes los que son aprobados".

Pablo indica que esta mal tener bandos o grupos en la iglesia. No podemos hacer que nuestras diferencias sean más importantes que la unidad que nos dio Cristo. Aquí las diferencias eran económicas y en la disputa con Pedro eran raciales y religiosas (Efesios 2:11-22). Gálatas 3:28 indica que no podemos tener divisiones en base a la economía: libre o esclavo, genero: hombre o mujer, raza: judío o griego. Más adelante nos explica la importancia de la iglesia como el cuerpo que Cristo unió:
Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también ustedes fueron llamados en una misma esperanza de su vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos. (Efesios 4:4-6)

Necesitamos cuestionarnos si al tomar la Santa Cena estamos celebrando la unidad y salvación que Cristo le dio a la iglesia o en realidad nos estamos considerando más importantes que nuestros hermanos. Nuestra celebración como hermanos debe motivarnos a proclamar la muerte del Señor de la misma manera que la Pascua que celebraban los Judíos les ayudaba a proclamar entre ellos que Cristo vendría a salvarlos.
"Porque yo recibí del Señor lo mismo que les he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, 24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: “Esto es Mi cuerpo que es para ustedes; hagan esto en memoria de Mí.”
De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre; hagan esto cuantas veces la beban en memoria de Mí.”  Porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que El venga.
De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.  Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa.  Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí.  Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre ustedes, y muchos duermen (han muerto).  Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.  Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo. (1 Corintios 11:23-32)
Pablo no está diciendo que sólo los que no tienen pecado pueden participar en la Cena del Señor. "El que dice que no tiene pecado le hace a Dios mentiroso" (1 Juan 1:8-9). No tenemos que ser perfectos, sino reconocer que no nos podemos salvar a nosotros mismo y que Jesús murió para salvarnos. Más bien, Pablo esta hablando de nuestra actitud al participar en la Cena del Señor.
Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros.  Si alguien tiene hambre, coma en su casa, para que no se reúnan para juicio. Los demás asuntos los arreglaré cuando vaya (1 Corintios 11:33-34).
En preparación para su partida Jesús celebró la pascua :
Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa, y con El los apóstoles,  y les dijo: “Intensamente he deseado comer esta Pascua con ustedes antes de padecer;  porque les digo que nunca más volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios.”
 Y tomando una copa, después de haber dado gracias, dijo: “Tomen esto y repártanlo entre ustedes;  porque les digo que de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.”
 Y tomando el pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: “Esto es Mi cuerpo que por ustedes es dado; hagan esto en memoria de Mí.”  De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto (Jeremías 31:31) en Mi sangre, que es derramada por ustedes (Ver: Dios de pactos) (Lucas 22:14-20).

Jesús indica claramente que la Santa Cena es para ayudarnos a "recordar" su sacrificio en la cruz. No es una repetición del sacrificio. Ningún otro significado esta asignado a nuestra participación en la Santa Cena.
4. Respuesta
Si captamos el significado de la obra de Dios correctamente, estamos obligados a participar en la Cena del Señor y esto nos compromete con su misión en varios sentidos:

Lo que creemos
Nuestra primera respuesta esta en lo que creemos. Uno de los primeros credos cristianos esta registrado en 1 Timoteo 3:16:

Dios (Jesús) fue manifestado en la carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto por ángeles,
predicado a las naciones,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria

(1 Timoteo 3:16).


Como vivimos
Estamos llamados a vivir dignos del llamado:
Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios (la muerte y resurrección de Jesús), les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente (reflexionando sobre lo que Jesús hizo por ti) . Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. (Romanos 12:1-2)

Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan (anden) de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor, esforzándose por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. (Efesios 4:1-3)


Nuestra misión
¿Cómo, pues, invocarán a Aquél en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquél de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? (Romanos 10:14 NBLH)

Por esto Jesús nos envía en Su misión:
Mateo 28:18-20 (NBLH):

Acercándose Jesús, les dijo: “Toda autoridad Me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,  enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.”

Marcos 16:14-18 (NBLH):
Después Jesús se apareció a los once discípulos cuando estaban sentados a la mesa, y los reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que Lo habían visto resucitado. Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.  El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado.  Y estas señales acompañarán a los que han creído: en Mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; tomarán serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien.”

Lucas 24:44-49 (NBLH):
Después Jesús les dijo: “Esto es lo que Yo les decía cuando todavía estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre Mí está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.”

 Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras y les dijo: “Así está escrito, que el Cristo padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día; y que en Su nombre se predicará el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén Ustedes son testigos de estas cosas.  Por tanto, Yo enviaré sobre ustedes la promesa de Mi Padre; pero ustedes, permanezcan en la ciudad hasta que sean investidos con poder de lo alto.”

Juan 20:21 (NBLH)

Paz a ustedes: como el Padre Me ha enviado, así también Yo los envío.

Nosotros al participar en la Cena del Señor estamos aceptando ser parte de la misión de Jesús. Su vida y misión ya son parte de nuestra vida. Necesitamos asumir la responsabilidad de vivir por Él.

Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó por mí (Gálatas 2:20 NBLH).
Alabamos cuando vemos la justicia de Dios, y Sus grandes obras. En Apocalipsis 15:3-4 Juan ve el pueblo de Dios cantando el Cantico de Moisés y del Cordero:
“¡Grandes y maravillosas son Tus obras, oh Señor Dios, Todopoderoso!
¡Justos y verdaderos son Tus caminos, oh Rey de las naciones!
¡Oh Señor! ¿Quién no temerá y glorificará Tu nombre?
Pues sólo Tú eres santo;
Porque todas las naciones vendran
y adoraran en Tu presencia,
Pues Tus justos juicios han sido revelados.”