El Señor es mi pastor:
Salmo 23
¿Qué nos enseña el Salmo 23 acerca de Jesús?
Esta diferente manera de leer el Antiguo Testamento no nos debe parecer extraña. Jesús dijo que el Antiguo Testamento es Revelacion y Escritura acerca
de Él.
Lucas 24:45-47
Después Jesús les dijo: “Esto es lo que Yo les decía cuando todavía estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre Mí está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.”
Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: “Así está escrito, que el Cristo padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día; y que en Su nombre se predicará el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones,
Pablo también
indica que las promesas de las Escrituras se cumple en Jesús:
Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios (2 Corintios 1:20 NVI).
No son promesas
que podamos aplicar directamente a nosotros,
“Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre” (1 Timoteo 2:5).
Para poder entender las Escrituras, tenemos que entender primero lo que
significaban para Jesús.
El Señor es mi pastor
Salmo 23:
El Señor es mi pastor, Nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; Junto a aguas de reposo me conduce. El restaura mi alma; Me guía por senderos de justicia. Por amor de Su nombre. Aunque pase por el valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento. Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; Has ungido mi cabeza con aceite; Mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa del Señor moraré por largos días (Salmo 23:1-6).
Todos hemos
leído este Salmo para consolación en momentos difíciles de la vida. Sin
embargo, vemos el sentido pleno del Salmo cuando lo vemos al luz de la vida de
Jesús.
Jesús
Este Salmo es
considerado un Salmo mesiánico junto con los Salmos 22 y 24. Los tres salmos hablan de Cristo. La razón por la que este Salmo está en las Escrituras es por lo que
dice acerca de Jesús.
El Salmo
describe tres etapas. Primero, cómo Jesús fue protegido y guiado por Dios. Segundo,
como Jesús enfrenta el sufrimiento en la cruz. Y finalmente como Jesús ve la
victoria.
Jesús es guiado por el pastor
El Señor es mi pastor,Nada me faltará.En lugares de verdes pastos me hace descansar; Junto a aguas de reposo me conduce. El restaura mi alma; Me guía por senderos de justicia Por amor de Su nombre (Salmo 23:1-3).
La presencia de Señor en la vida de
Jesús.
Primero, Jesús
reconoce que el Padre es su Pastor. No tiene que temer a las carencias en la
vida. Todo lo que tenga o necesite es provisto por su Pastor.
Es igual con la
oveja, no va a ninguna parte si el pastor no lo lleva. No come lo que el pastor no
le da. Así era la relación de Jesús con su padre y asi debe ser la nuestra con nuestro Pastor Jesús.
Observa como
Jesús es pastoreado por su pastor, el Padre:
Juan 5:19
Por eso Jesús les decía: “En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre , eso también hace el Hijo de igual manera.
Juan 5:30
“Yo no puedo hacer nada por iniciativa Mía; como oigo, juzgo, y Mi juicio es justo porque no busco Mi voluntad, sino la voluntad del que Me envió.
Juan 8:28
Por eso Jesús les dijo: “Cuando ustedes levanten al Hijo del Hombre, entonces sabrán que Yo soy y que no hago nada por Mi cuenta, sino que hablo estas cosas como el Padre Me enseñó.
Las pruebas y la muerte
Su vida también
tuvo luchas y pruebas tremendas que acabaron en Su muerte. Pero Jesús pudo enfrentar la muerte, sabiendo que estaba al cuidado de su Pastor. Sabía que el
resultado final iba a ser su victoria. No huyó de los problemas, las derrotas,
ni la muerte porque sabía que su Pastor lo cuidaba.
Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento (Salmo 23:4).
Jesús sabía que aunque era el Hijo de Dios, no iba a tener una vida llena de
prosperidad, éxito y muchas comodidades. Entendia, mas bien, que su vida iba a ser
difícil, con mucha oposición, pero que su Pastor le ayudaría en toda situación.
Nosotros no somos mejores que Jesús.
Mateo 10:24-25
El discípulo no es superior a su maestro, ni el siervo superior a su amo. Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!
Si ustedes fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no son del mundo, sino que Yo los escogí de entre el mundo, por eso el mundo los odia.
Yo les he dado Tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo.<!--[if !supportLineBreakNewLine]-->
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Nosotros tenemos la misma relación con
el mundo que tenía Jesús. Debemos esperar que nos odien por las mismas razones
que odiaron a Jesús. Necesitamos la protección de un pastor como lo tuvo Jesús.
La victoria
Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días (Salmo 23:5-6).
Cuando leí esta parte del Salmo me di cuenta que no estaba hablando de mí porque sabía que Dios
no mi iba a prepara un banquete para mí. El banquete es para Jesús. Nosotros
vamos a estar ahí, pero la fiesta es de Él. Celebraremos Su victoria, pero estamos
invitados a participar en la cena de victoria. Vamos a estar ahí en la cena en
presencia de nuestros enemigos, pero Jesús es el invitado de honor.
El gran
banquete final es las bodas del Cordero. Es la celebración de la victoria
de Jesús, reunido con su novia, la iglesia.
Apocalipsis 19:6-9
Después oí voces como el rumor de una inmensa multitud, como el estruendo de una catarata y como el retumbar de potentes truenos, que exclamaban:
«¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso.¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente.» (El lino fino representa las acciones justas de los santos.)
El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!” » Y añadió: «Estas son las palabras verdaderas de Dios.»
Conclusiones:
<!--El Salmo empieza con una relación entre una persona y el Señor. Esta
persona es cuidada por el Señor quien es su pastor.
<!--En
la segunda sección del Salmo, la persona esta puesta en una situación donde puede perder la vida. Pero el pastor esta comprometido en rescatarle.
<!--La
tercer sección del Salmo habla de la restauración de la persona y la victoria
sobre sus enemigos. Termina con esta persona en la presencia del Señor para
siempre.
Esta estructura
se llama un quiasmo, ABA.
A (bajo el
cuidado del Señor)
B (En el valle
de la sombra de muerte)
A (En la
presencia del Señor)
Es paralela a la vida de Jesús.
Nosotros: El significado hoy.
La primera pregunta es ¿Quiénes son las ovejas del Señor? La respuesta es sólo los débiles
y pobres; los que saben que necesitan la protección del Señor; lo enfermos y
necesitados y los que no son auto-suficientes. Estos pueden acudir al Señor para
que El sea su guía.
Juan 10:14-15
»Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas.
Juan 10:25-30
—Ya se lo he dicho a ustedes, y no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que me acreditan, pero ustedes no creen porque no son de mi rebaño. Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.
Juan 10 nos explica que si no creemos en Jesús, no somos sus ovejas y el Salmo 23 no aplica para nosotros.
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