La Biblia nos presenta dos pactos hechos en dos montes distintos. El pacto de la ley, que fue hecho en el monte de Sinaí u Horeb en el desierto, fuera de la tierra prometida durante el éxodo (Éxodo 19--24). El otro fue hecho en Jerusalén, con la muerte de Jesús en la cruz sobre el monte Gólgota (el cual es un pico del monte de Zión).
Sinaí
representaba el pacto donde la gente tenía cumplir toda la ley todo el tiempo
para gozar de sus beneficios. Los Judíos jamás cumplieron la ley. Jeremías decía que este pacto estaba escrito en
piedras y no en los corazones de la gente, por lo tanto no lo podian cumplir (Jeremías 17:1-5). El Nuevo Testamento enseña que el intento de cumplir la ley no salva a nadie.
Y que nadie es justificado ante Dios por la Ley es evidente, porque “El justo vivira por la fe.” Sin embargo, la Ley no se basa en la[i] fe. Al contrario, “El que hiciere estas cosas, vivira por[k] ellas.” Gálatas 3:11-12
El
otro pacto fue hecho en el Calvario o Gólgota, donde Jesús murió en la cruz. El calvario era parte del monte Zión o monte Moría. Este pacto no esta escrito en piedras, sino en los corazones de los que creen en Jesús
(Jeremías 31:30-35).
bien dice el dicho popular... la cabra tira al monte
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