martes, 3 de agosto de 2010

El argumento de la Biblia

Preguntas de orientación:
1. ¿Se puede estudiar la matemática por el índice?
2. ¿Cuál es la diferencia entre un montón de ladrillos y una casa?

La importancia del "argumento" en la Biblia
Douglas Moo, Romanos, Vida escribe acerca de la importancia del argumento de los libros de la Biblía así:
Uno de los errores más importantes que podemos cometer en nuestra lectura de la Biblia es leer los párrafos como si fueran unidades aisladas entre sí. Lamentablemente, al seleccionar lecturas diarias de toda la Biblia, ciertos libros devocionales estimulan esta práctica. Pero los autores bíblicos deseaban que sus libros se leyeran como tales. Leer un párrafo escogido al azar de la mitad de la última novela de John Grisham. Naturalmente, los géneros no pueden compararse realmente como las novelas modernas, y algunos de tales géneros requieren mucha menos lectura secuencial que otros (p. Ej. Los Salmos). Pero, aun así, lo que acabo de decir es esencialmente válido. Solo podremos entender el significado completo de cualquier texto de la Escritura en la medida en que tengamos en cuenta la forma en que el autor pretendía que funcionase en el contexto de todo el libro.
El principio de la lectura contextual es particularmente importante en romanos, puesto que en esta carta Pablo está desarrollando un argumento. El apóstol se esfuerza por convencer a los cristianos romanos del poder y verdad del Evangelio tal y como él lo predica. Una vez que entendamos el argumento general , comprendemos mucho mejor el significado de sus partes especificas. Por otra parte, relacionar correctamente las partes entre sí nos ayudarán a determinar el argumento general.
Los autores modernas de las sociedades occidentales se pierden los matices del argumento de Pablo puesto que estamos acostumbrados a leer de manera lineal. Es decir, nuestra cultura nos ha educado para asumir que los escritores desarrollan su argumento siguiendo una secuenci sencilla:
Consideraemos A
Y consideremos B
Y consideramos C
Y por tanto, la conclusión, D
Pero los autores bíblicos estaban Bmucho más habituada a estilos cíclicos. Especialmente común la que se ha dado en llamar forma “quiásmica” de argumento:
Consideremos A
Y por tanto B
Bº de nuevo
a causa de Aº
En este ejemplo especifico, la conclusión a la que el autor quiere llevarnos aparece a mitad de su argumento. Pero puede también funcionar al reves y, en este caso, la idea principal aparecería en los extremos opuestos de la secuencia. En nuestra exposición de 5:1-11 y 8:18-39 hemos propuesto que estos dos parrafos funcionan como los “sujetalibros” del argumento de Pablo en los capítulos 5-8. (Moo, Romanos, Vida, p. 272-273).

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