lunes, 28 de enero de 2008

¿Católico o Protestante: Arrepentimiento - Sólo Cristo

Arrepentimiento es difícil de definir por varias razones. Para entender el problema vamos a ver algunos ejemplos en las Escrituras.

Primero vamos a hacer una pregunta: ¿Quién es el hombre más pecador en la Biblia? Piensa en tu respuesta a esta pregunta por un rato. ¿Qué es lo que hace el hombre pecador? ¿Qué tipo de pecado es el peor pecado? La respuesta a la pregunta es Pablo. Luego topamos con otra pregunta: ¿De qué tenía que arrepentirse Pablo? ¿Fue borracho, ladrón, mujeriego o qué? La dificultad en responder a esta pregunta es que Pablo mismo dice que su conducta antes de ser cristiano era "en cuanto a justicia que la ley exige, intachable " (Filipenses 3:6). Esto significa que tenía que arrepentirse de algo más profundo que una sola violación a la ley.

Antes de responder a estas preguntas tenemos otro casa en Hechos 2 al final del sermón de Pedro. La gente esta asustados de su predicación y clama para una salida "¿Qué debemos hacer?" Pedro responde "Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes" (Hechos 2:37-38). ¿De que están arrepentiendo? ¿De violar la ley? ¿Cuál es su pecado?

Estos dos ejemplos ponen claro que el problemas no sólo es de no pecar, sino de "rechazar a Jesús". Muchas veces pensamos que el pecado es de "no ser perfecto" pero estos dos ejemplos el pecado no tiene nada de ver con las cualidades de uno como persona. Pablo incluso era intachable o perfecto. Y aún así tenía que arrepentirse.

En las epístolas de Pablo el escribe las cosas de que tenía que arrepentirse. Sólo voy a poner unos ejemplos. En Filipenses 3:9 Pablo dice "No quiero mi propia justicia que procede de la ley" (NVI). Pablo no desea ser considerado justo sólo por haber obedecido a la ley, porque esto es el opuesto de confiar en Jesús por su salvación. Si uno confía en su propia justicia esta rechazando a Jesús. Su confianza no esta en si mismo, sino en Cristo.

Pablo lo amplia el concepto más y dice que su propia obediencia es "estiércol" porque causó que rechazara a Cristo. Tenemos que arrepentirnos de nuestra auto-confianza en poder llegar a ser salvos por nuestra obediencia. Auto confianza es el opuesto de confianza en Cristo y es un pecado que causa que la gente vaya al infierno. Sólo Cristo, como decía lo reformadores en los tiempos de Lutero.

Pablo sigue diciendo que su modelo de pensar estas cosas es como él las pensaba. "Todos debemos tener este modos de pensar" (Filipenses 3:15 NVI). El arrepentimiento es de dejar de confiar en uno mismo para confiar en Cristo. Todas nuestras afirmaciones de auto-confianza son estiércol, es decir, no tienen ningún valor. Sólo podemos confiar en Cristo. No podemos confiar en nosotros mismos, porque no somos confiables.

Auto-confianza tiene otras consecuencias negativas para la iglesia también. Hace que los cristianos piensen que son mejores que otros. Esto es una actitud de orgullo y hace que el cristianismo sea rechazado. Nadie quiere andar junto con una persona que piensa que sea perfecto.

Tenemos que cambiar nuestra manera de pensar, es decir, arrepentirnos. Tenemos que ver que Dios provee nuestra justicia en la persona de Jesús, porque el viejo pacto fue anulado por la desobediencia de la gente (Jeremías 31:32). Dios proveyó en Jesús un nuevo pacto (Jeremías 31:31 y 33-34).

Este nueva manera de ver el mundo es el resultado de la reconciliación. Ya no podemos vernos o otros sólo por la carne. Estamos obligados a no ser orgullosos, sino de anunciar que
Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado. Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos.* Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así. Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. (2Corintios 5:15-19 NVI)
Anunciamos al mundo la reconciliación por medio de Cristo.

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